War of Hormone - Jintae Omegaverse

7

— ¿no crees que estas exagerando?

— Como bien lo dijiste, no eres tan consciente de tu olor. Este salón apesta a tu excitación. Es curioso que aquel omega no hubiera reaccionado.

— ¿vas a botar eso? — pregunto Seokjin mirando el collar roto tirado en el suelo.

Namjoon volteo a mirar lo que observaba su hermano y levanto su ceja incrédulo.

— ¿Tan desesperado estas?

— Simplemente si lo vas a botar puedo quedármelo ¿no?

— ¿aun sigues pensando que exagero?

— Si. Exageras. Tan solo me gusta su olor. No pretendo clavarle mis dientes.

— Eso piensas tú, pero me preocupa que no seas tan consciente del deseo de tu lobo.

— Vamos Namjoonie. Sabes que no lo haría.

— No estoy tan seguro de ello. Aquel otro alfa asegura que tu lobo emergió en su forma primitiva. Y el omega Kim estaba muy temeroso al verte.

— Bueno, ya le pusiste un collar resistente ¿no? ya no puedo hacerle nada. O bueno, según tu mi lobo.

— Te quiero lejos de él.

— ¿y eso porque razón? — pregunto molesto.

— Porque se tus intenciones. Y ese lindo omega no es ordinario o común como con los que has estado.

— ¿lindo?

— Si, lindo.

— ¿acaso te gustó? — pregunto desafiante.

— Me agrada. — Seokjin gruño y Namjoon sonrió — pero no como pareja. Veo que es un chico dulce e inocente. Y no quiero que alguien como tu lo corrompa.

Seokjin sonrió malicioso.

— Te advierto que si le llegas a tocar un pelo, no dudare en hablar con mamá.

La sonrisa de Seokjin se desdibujo de su rostro sabiendo que con su madre era matrimonio seguro. Si hasta ahora había podido escapar era gracias a que su propio hermano le había guardado el secreto de todas sus aventuras. A pesar de ello, no se rendiría. Haría lo que fuera necesario para acercarse a Taehyung sin romper el código de su hermano Namjoon.

Antes de salir y antes de que Namjoon pudiera reaccionar, Seokjin tomo aquel collar roto tirado en una esquina del salón. Este conservaba en gran medida el olor dulce y fresco de Taehyung ya que había tenido contacto directo con una de las zonas donde abundaba su olor.

Estando fuera no dudo en llevarlo a su nariz y embriagarse con el, y para no perder su olor tan rápido decidió guardarlo en un empaque que lo protegiera aun de su propio olor.

Seokjin se propuso investigar a Jaebeom, porque le parecía muy sospechosa su manera de actuar con el omega. Aunque parecía mostrar desinterés, Seokjin tenía la sospecha que aquel Alfa estaba interesado en el omega. Luego de seguirlo por algunos días, pudo notar como Jaebeom acomodaba en su casillero el cuaderno que días atrás había estado en sus manos. Tensó su mandíbula y apretó sus puños conteniéndose. Lo que le asombro y luego le molesto aún más fue que pudo notar que no era el único cuaderno en su casillero. Estaba dispuesto a encontrar el momento perfecto para quitárselos y devolvérselos al omega.

No fue fácil, pero luego de un buen tiempo cuando supo que ni las cámaras podrían detectarlo accedió al casillero fácilmente. Era algo que ya había hecho antes con su propio casillero que en su momento se había quedado atascado. Seokjin sonrió al ver la colección de cuaderno frente a sus ojos. Comenzaba a anticipar lo agradecido que estaría el omega con él cuando se los diera. Los tomo rápidamente y se escabullo hacia un lugar donde esconderlos mientras podía tomar su maletín, ya que al estar por fuera de su salón no podía entrar como si nada a mitad de clase.

En cuanto pudo hacerlo, guardo los siete cuadernos en el maletín. Y aunque hubiera querido entregarlos ese mismo día no pudo hacerlo. Pero gracias a ello descubrió que podía ojearlos con detenimiento y de paso disfrutar del leve olor que guardaban los seis que ya estaban antes en el casillero y del ultimo que tenia una mayor intensidad de la deliciosa esencia.

Al estar en casa, Seokjin comenzó a ojear los cuadernos dándose cuenta que su hermano tenia razón. Taehyung era un omega muy tierno e inocente. Contrario a lo que hubiera pensado no le molesto, sino que le hizo sonreír. Parecía el cuaderno de un tierno niño que aun conservaba sueños e ilusiones. Medito en ello y no podía creer que aun existiera alguien así. En lugar de fastidiarse lo único que quería era protegerlo. Y eso haría, lo protegería de Jaebeom y de cualquiera que osara tocarlo o lastimarlo.