Disco Cuarenta y Seis: Tú y yo

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Salí de la habitación de Harry como huyera de Guantánamo. No estaba encerrada en la peor prisión del mundo, sino que yo misma me había metido en ella. Mis pensamientos habían forjado las rejas y una vez que se cerrasen, sería muy difícil volverlas abrir.

"No sé si quiero ir a Londres". No quiere ir contigo. No quiere estar contigo.

Para cuando llegué a mi habitación me habían invadido tantos pensamientos negativos, que sin darme cuenta, había comenzado a temblar. El estrés, la rabia y la ira, me habían llegado hasta los huesos y no sabía qué hacer para remediarlo. Bueno sí lo sabía.

Aproveché la energía que tenía para meterme rápidamente en la ducha y dejar que el agua se llevase las malas vibraciones. Mis manos seguían temblando, pero poco a poco los movimientos eran más suaves. Me estaba relajando. Tomé varias respiraciones profundas mientras me ponía una camiseta ancha y buscaba mi libreta en el escritorio.

Para poder escribir algo, primero necesitaba inspiración, así que le di al Daily Mix de Spotify.

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Mientras buscaba una página en blanco en el cuaderno, descubrí algo que mandó una descarga eléctrica por todo mi cuerpo. Con rotulador negro, había un pequeño corazón dibujado en una de las esquinas del cuaderno. Era un detalle muy pequeño, pero sabía quién lo había puesto ahí.

En aquel momento, comencé a odiarme por tratar al castaño así, por dejarlo en su habitación, cuando quizás estaba teniendo sólo un mal día. El ambiente en la casa, las peleas, la presión de la discográfica... Froté mis manos contra mi cara para buscar una solución.

Sólo necesita salir de aquí. Sácalo de aquí.

Una sonrisa invadió mi cara cuando una idea vino a mí. Rápidamente, arranqué una hoja del cuaderno y escribí lo siguiente:

"En 5 min nos vamos. Lo siento :)"

No quiería darle la oportunidad de quejarse o negarse, por lo que deslicé la nota por debajo de su puerta. Esperaba por dios que la leyera, y eso hizo, porque cuando bajé a la cocina, él había abierto la puerta de su habitación para buscarme. Saqué de las alacenas algo de comer y volví a mi habitación para ponerme un vestido corto que dejaba ver más piel de la que me gustaría.

La había cagado. Pero de una forma monumental. Harry sólo necesitaba que lo escuchasen. Como él me escuchaba a mí siempre. Tomé aire y deslicé mis dedos por la puerta de su habitación.

Uno

Dos

Tres

La puerta se abrió y la caja de Harry era de no tener muy buenos amigos.

—¿Qué pasa, D?

—He pensado que estaría bien salir y que nos diese un poco el aire...

—¿A dónde vamos? —Su voz sonaba más grave de lo normal. Estaba enfadado, definitivamente.

—Es un secreto.

Intenté poner por todos los medios mi voz más dulce, pero no funcionó. El castaño cerró la puerta y pasó por mi lado en dirección al coche. Me tomó un momento calmar los nervios y seguirlo. Todo iba a ir bien.

En la parte trasera de la casa, Harry ya estaba introduciéndose en el asiento del conductor.

—¡Harry! —tuve que correr para alcanzarlo. —Yo llevo el coche.

—Está anocheciendo, Danielle —no me pasó desapercibido que me llamó por mi nombre completo.

—Pero tú vas a mi lado, puedo conducir perfectamente.

Our Song | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora