Disco Cuarenta y Uno: ¿Quieres?

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La cafetería en la que había quedado con Marcus estaba bastante concurrida. Así que ya estaba agobiada. Lo cierto es que mi actitud era más escéptica que otra cosa. 

Y creo que Marcus lo notó aquella mañana por teléfono. Ya que cuando me llamó para concretar la cita, me dijo que si quería podía llevar a alguien. 

Louis de broma, insistió en llevar a un abogado. 

No lo tomé enserio pero mientras lo esperaba sentada en la mesa me replanteaba si todo esto había sido buena idea. 

—¿Danielle? —escuché a mis espaldas. —¿Llevas mucho esperando? He tenido mucho trabajo hoy, discúlpame. 

—No, no pasa nada. Acabo de llegar. 

Marcus iba vestido todo de negro y dejó su chaqueta de cuero en una de las sillas que estaba libre de nuestra mesa. Tenía una de las sonrisas más grandes que había visto en vida, y si no fuese por los consejos de los chicos, juraría que era una muy buena persona. 

—Gracias por venir tan rápido, pensé que ibas a decir que no.

—¿Por qué iba a decir que no? De todas formas, esto cuenta como trabajo. 

—Claro, claro. —comentó mientras reía. —¿Qué tal te fue la celebración?

—Muy bien, la verdad es que ha salido todo muy bien. 

—No lo dudaba. Ya se está corriendo la voz de tu puesto en el resto de discográficas. 

—¿Qué? —pregunté confundida. 

—Los productores de los chicos están muy emocionados por el disco y la música y dicen que el disco pinta muy bien y en parte es por tu nueva incorporación. 

Sé que aquel comentario tendría que haberme sentado mal, pero la verdad, me alegré de que alguien viese mi trabajo y lo reconociese. 

—El mérito no es mío, es de todos —contesté rápidamente. 

—Lo sé, Danielle. Pero una parte es tuya. Aunque se divida en cinco. 

Sonreí ante su respuesta y poco a poco comenzamos a hablar de la canción que tenía entre manos. Era para un joven que estaba empezando ahora y su jefe le había encargado este proyecto. El problema es que el chico había insistido en componer la letra el solo y Marcus le veía fallos de sintáctica y de ritmo. 

La letra de la canción no era muy compleja, por lo que no tardamos mucho en resolver los pequeños fallos. 

Una de las camareras se acercó y nos trajo lo que Marcus había pedido. Cuando fue a traer las bebidas uno de los vasos calló sobre mis pantalones.

La muchacha se disculpó rápidamente y me indicó donde estaba el baño. Recorrí el restaurante a toda prisa y cuando llegué al aseo, cerré con pestillo y me miré en el espejo.

Estaba echa un desastre. En ese momento, me miré y pensé en qué hubiese dicho Harry y cuánto se hubiese reído de mí. Pensé en sacar una foto y mandársela cuando me di cuenta de que no llevaba el teléfono encima.

Mierda.

Me sequé con todo el papel que pude y salí medio recompuesta del baño.

Marcus tenía una sonrisa en su rostro pero estaba intentando disimularla.

—Te dejo reírte —comenté cuando me senté.

—No puedes negar que no ha sido gracioso.

—Hubiese sido más gracioso si te hubiese caído a ti —le dije mientras rodaba los ojos al cielo.

Our Song | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora