El camino a casa fue silencioso. La rosa que me regaló yacía en mis muslos mientras que yo la acariciaba con movimientos rítmicos.
No pasó mucho más en el embarcadero. Harry me abrazó y luego me llevó lentamente hacia el coche. Sin decir ni una palabra. No es que no lo hubiese intentado. Un par de veces abrió su boca y tan rápido como la abría, recapacitaba y la cerraba.
No entendía como después de estar saliendo con Tamara, de sus gestos maleducados, de ignorarme, había preparado todo esto. Quizás era mi corazón iluso el que quería pensar que Harry había preparado esto para mí.
Cuando llegamos a casa los chicos estaban en el salón esperando a que llegáramos. Empezaron a cantar en francés y todos me dieron un abrazo. Celebraron que ya podía ir a París con ellos. La magia del momento acabó cuando vi bajar de las escaleras a Tamara, la cual con gran efusividad, se acercó a Harry y lo abrazó por el cuello del castaño. Yo bajé la mirada hacia la rosa que seguía en mis manos, hasta que Tamara vino a abrazarme a mí.
Tamara y Harry estaban en un rincón hablando mientras que los demás sacaban un par de cervezas para celebrar. Aproveché para sentarme junto a Niall y apoyé mi cabeza en su hombro. Necesitaba ánimos y un poco de aire fresco. Me sentía como una niña pequeña. Seguramente habían tardado en preparar todo esto un par de semanas y yo era desagradecida que no podía estar feliz.
—¿Te lo esperabas, Dan? —me preguntó Niall.
—Para nada, muchas gracias.
—A nosotros no nos tienes que dar las gracias, es a él al que le tienes que agradecer.
—¿Qué?
Mi pregunta no pudo ser respondida porque Niall se levantó riéndose. Y otro de los chicos se sentó en su lugar. Harry me miraba como lo llevaba haciendo toda la noche: como si hubiese visto un fantasma.
—¿Se supone que es a ti a quien te lo tengo que agradecer todo? —dije con un tono divertido.
—No, yo no he sido —respondió claramente nervioso.
—No seas mentiroso, cuéntaselo —Tamara gritó desde el otro lado del salón donde estaba sentada con Louis.
—¿Contarme el qué, Harry?
El chico enmudeció y comenzó a acariciar su pelo con sus manos.
—Danielle lo que ha pasado es que...—comenzó a decir Tamara pero Liam la interrumpió.
—No Tamara, que se lo cuente él.
Para ese momento yo estaba más que mareada. Pero intentaba tomarme las cosas con humor. Además, disfrutaba de ver a Harry nervioso.
La conversación se quedó allí. Los chicos hablaban con Tamara sobre tiempos pasados y no tardé en descubrir que Tamara y Louis habían tenido algo. Cuando los chicos comenzaron a estar más afectados, decidí subirme a mí habitación. Les deseé buenas noches y me despedí de Tamara.
Al cerrar la puerta de mi habitación pude respirar con tranquilidad. Me descalcé y me tiré en la cama. Puse una canción para no tener que pensar en el castaño de ojos verdes. Puede que pusiera una playlist equivocada porque comenzó a sonar aquella voz.
► Night Changes - One Direction
Como consecuencia me reí de mí misma, de mi suerte y del destino y contra la almohada grité enfadada.
Descargué todos los nervios del día de esa forma. Aunque volvieron cuando vi una figura en el umbral de la puerta de mi habitación. Un pequeño grito salió de mi sistema que provocó que el chico saltara un poco en su lugar.
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Our Song | Harry Styles
RomanceDanielle escribe canciones desde que tiene uso de razón. Para escribirlas, siempre se ha inspirado en novelas o en historias que su abuela le contaba. Su vida dará un vuelco cuando debe decidir si dedicarse a la música por completo, aceptando las co...