Disco Diecisiete: Play

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A la mañana siguiente desperté sola en la cama. No es como si esperase gran cosa, pero me sentí un poco decepcionada. Miré por la habitación para buscar alguna señal de que Harry siguiera allí. Pero no la había.

Agarré mi móvil para mirar la hora. El salto que di fue tan grande que por poco me caigo de la cama.

14:36

¿Era mediodía?

Ahora que lo pensaba mi estómago rugía con fuerza. Me levanté lo más deprisa que pude y salí de la habitación del castaño. Mientras frotaba mis ojos miraba hacia el pasillo para ver si podía encontrar algún rastro de vida en esta planta. Las voces de los chicos llegaron a mis oídos acompañadas de un magnífico olor.

Bajé las escaleras lentamente. En la cocina los chicos se movían rápido, reían y jugueteaban. Cuando llegué a la barra, me senté y les deseé los buenos días. Todos se giraron como si fuese un fantasma.

—¿Qué pasa? —Dije asustada. Después de todo lo que había pasado la noche anterior ya no sabía qué esperar.

—Nada, estábamos preparando la comida. ¿Tienes hambre? —Dijo Liam a lo que yo asentí.

Le pedí a mi parte analítica que se despertase ya, porque algo no iba bien. Liam miraba a Niall el cual estaba riendo mirando al suelo. Louis estaba de espaldas, pero podía ver cómo se movía su espalda por la risa. Busqué con la mirada a Harry.

No sabía si todo esto tenía que ver con lo que pasó anoche.

¿Y si les ha contado lo que pasó? ¿Y si se están riendo de la canción?

A los dos minutos ya estábamos sentados en la mesa. Habían preparado distintos platos que olían verdaderamente genial. En la mesa había varias botellas de vino y se habían esforzado por incluso decorar un poco la mesa.

—Siento que estamos celebrando algo y no sé qué es. —Expliqué.

Se escucharon risas. Y directamente, miré a Harry los ojos con cara de "como sea cosa tuya te mato". El castaño me miró divertido y alzó su copa.

—Estamos celebrando que todo ha vuelto a la normalidad.

Mi cara era un poema. Tenía el ceño fruncido y no entendía nada.

—¿Podrías explicarte? —Le dije ligeramente amenazante.

—No le hagas caso Dani, no estamos celebrando nada. —Respondió Niall rápidamente.

Algo pasaba y no me lo querían decir. Me enfadé y pinché con fuerza una de las patatas que había en mi plato. Los chicos se dieron cuenta pero decidieron cambiar de tema. Se les notaba animados y de buen humor, todo lo contrario a mí. Los recuerdos de la noche anterior me bajaron un poco la moral.

Cuando todos terminaron de comer ayudé a recoger mesa y fregué los platos. Después de todo el banquete que habían preparado era lo menos que podía hacer. Al terminar mi tarea subí las escaleras. No se me había pasado por alto que llevaba aún la ropa de Harry. Escuché pasos a mi espalda y supuse que era él. Pero no tenía ni fuerzas ni ganas de hablar.

Así que abrí la puerta de mi habitación para intentar recuperar algo de ropa.

Tuve que llevar mi mano a mi boca para no gritar.

Todo el desastre que había anoche, había desaparecido.

El cristal de la ventana estaba arreglado, la habitación estaba recogida, habían almohadas nuevas. Pensé en ese momento que quizás lo de anoche hubiese sido algún tipo de pesadilla y que pudiera ser que estaba alucinando.

Our Song | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora