Disco Treinta y Nueve: Love Song

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—¡Louis para ya!

El castaño movía el carrito por todo el supermercado y me dejaba atrás. Cuando pude alcanzarlo le di un ligero golpe en la espalda.

—Dios, casi me ahogo.

—Danielle, tienes que hacer más deporte —puso una expresión extraña y le quité importancia.

Habían pasado un par de días desde la caída de Harry y de la solución del tema sobre Jane. Después del día que pasamos con extra de hormonas, serotonina y demás sustancias que habían hecho que el aire que había entre Harry y yo se calentara por segundos, todo volvió un poco a la normalidad.

Los chicos terminaron de preparar las canciones que ya estaban escritas y el final del disco estaba llegando poco a poco a su fin. Habían estado trabajando mano a mano con los productores y cuando nos dimos cuenta, no había nada de comida en la casa.

Así que esta mañana Louis y yo hemos ido a comprar. Los chicos estaban dormidos, pero yo no pude dormir nada por mi reunión de hoy.

Cuando Perrie me dijo que quería una canción mía no me esperaba que fuese enserio. Pero sí lo fue. Y hoy tenía la reunión para enseñársela a las chicas.

Liam lo había organizado todo. Primero iría yo a pasar la mañana con las chicas y estas habían organizado una comida en su casa para celebrar la colaboración.

Estaba muerta de miedo, porque si no les gustaba, iba a ser una decepción para todos.

—¿Crees que debemos llevar vino? —pregunté.

—Sí, podemos llevar. ¿Cuál prefieres?

En la estantería del supermercado había tanta variedad que no sabía por qué clase empezar a decidirme. Recordé un vino rosado que siempre compraba Brooke y le pedí permiso a un chico que estaba tapándolo.

—¿Perdona? Necesito coger esa botella.

Cuando se giró una sonrisa inundó mi cara.

—¿Danielle?

—Hola, Marcus. Nos encontramos en los sitios más extraños de la ciudad.

—Además de verdad. ¿Qué botella querías?

—La de la etiqueta verde.

Marcus me pasó la botella y noté que miraba hacia el fondo. Caí en la cuenta que Louis estaba detrás mía.

—Marcus, este es Louis supongo que os conocéis.

—Sí, de vista —comentó Louis.

—Me alegra verte de nuevo, Louis —dijo amigable Marcus.

Pero el castaño se limitó a quitar la botella de mis manos y depositarla en el carro para seguir su camino. En aquel momento supuse que había algún tipo de competencia entre ellos por ser de discográficas diferentes.

—Por cierto, ¿celebras algo? —me preguntó mientras miraba el carro lleno de alcohol.

—Una colaboración.

—¿Con quién?

—Venga, Marcus. Sabes que no puedo decírtelo —comenté mientras seguía andando por el pasillo.

—Cierto, perdóname. Oye Dani, tengo un par de canciones que no me dan muy buen resultado. Si un día quedamos, ¿me echarías una mano?

Por un momento me dediqué a intentar descifrar las intenciones del joven, pero había algo en él que me resultaba tremendamente amable.

Our Song | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora