Disco Treinta y Siete: Alcohol

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Eran las 10 de la mañana y Harry seguía dormido.

Anoche, como pude, lo llevé a mi cama y allí se quedó dormido. Cuando los chicos vieron los mensajes me tocaron a la puerta.

—¿Qué coño ha pasado para que se ponga así, Niall? —le dije en la puerta de mi habitación.

—No tengo ni idea, Dani. No ha hablado con nadie en toda la noche. Sólo nos dijo que venía a decirte no sé qué cosa. Supongo que llevaba bebiendo todo el día.

—¿Desde que yo lo vi por la mañana?

—Creo que sí. Nunca había bebido tanto.

—¿Y cómo ha llegado a casa? —le pregunté.

Todo mi cuerpo se tensó y recé para que no hubiese sido tan inconsciente como para volver en coche.

—No ha conducido, si eso es lo que preguntas. Nosotros teníamos el coche.

Asentí y me relajé. Estaba echa un manojo de nervios. Después de tomarse la pastilla, se había dormido en la cama y no sabía hasta qué punto era bueno después del golpe que se había dado en la cabeza.

—No te preocupes D, no tiene ningún moratón y tiene una herida en el codo, puede que haya caído con los brazos —me aclaró Liam, que había estado observando a Harry.

—Si no puedes dormir aquí, usa su cama o la mía —se ofreció Niall.

—No, no. Prefiero echarle un vistazo —confesé.

—Está bien, pero descansa. Mañana estará como nuevo —me dijo Liam antes de irse junto con Niall a sus respectivas habitaciones.

Pero no había podido dormir. Incluso me tuve que hacer una tila. Estaba preocupada por Harry, pero habían pasado tantas cosas que mi mente necesitaba procesarlas todas.

Al verlo dormido en mi cama deseaba que el tiempo se detuviese y volviese a unos días antes. A antes de Jane, de Brooke y Álex, de Rob y del estado tan lamentable que tenía Harry.

El olor a alcohol que desprendía era tan fuerte que encendí un par de velas. Supuse que se había tirado alguna bebida encima.

No dejaba de pensar qué era lo que había pasado. No sólo aquella noche, sino la anterior también. Qué era aquello que obligaba al castaño a encerrarse en sí mismo y no comunicarse conmigo.

Su móvil sonó varias veces a lo largo de la noche. Y tuve que quitárselo del bolsillo de su pantalón para que pudiese descansar. Intenté no mirar la pantalla pero mientras se lo sacaba, volvió a sonar. Era un número que no tenía añadido. Aparté la mirada rápido pero de golpe me fijé en su fondo de bloqueo. Era una de las fotos que habíamos hecho en París.

Las ganas de llorar volvieron a mí y los recuerdos eran tan abrumadores que parecía que la mente me iba a estallar.

Cuando ya había amanecido, me atreví a salir de la habitación para desayunar y al terminar volví a la habitación para seguir con mi guardia.

Si no escuchaba la respiración de Harry, me acercaba y comprobaba que todo fuese bien.

10:23

Dudaba en despertarlo o no cuando comenzó a moverse. Aproveché y deslicé un poco la cortina de la habitación. Esto hizo que Harry se sobresaltase.

—¿Dani? —preguntó con una voz ronca.

En cuanto habló, comenzó a toser y se llevó su mano a la frente en señal de dolor. Me levanté y le acerqué un vaso con agua y otra pastilla.

Our Song | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora