Capítulo Ocho

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Capítulo dedicado a xiomyyxd me encanta que te encanten 💜😈

(Canción: Wish I Never de JOEY DIJA)

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Mi mirada vacila entre los dos varias veces, sin saber muy bien qué hacer.

Por un lado, está Thais, bajo el paraguas, cambiando su peso de un pie al otro. No se mueve, supongo que esperando a que se yo sea quien dé el primer paso.

Y, en el otro, está Ryu, que a diferencia de mi novia y sin paraguas, se acerca hasta donde yo me encuentro con mi chaqueta en sus manos.

—¿Qué te pasa hoy? —pregunta, captando mi atención, logrando que centre mis ojos en él.

A pesar de llevar un abrigo azul marino eso no lo protege de la lluvia, haciendo que se moje de pies a cabeza, logrando que varios mechones se le peguen al rostro, enmarcando sus facciones. Varias gotas recorren sus mejillas, descendiendo por su mentón y desapareciendo a través de su cuello. Me fijo en cómo se relame el labio inferior, sin apartar su mirada de mí, siguiendo cada uno de mis movimientos cuando termino por abrigarme con la chaqueta.

—No me pasa nada —me obligo a responder, tartamudeando por el frío.

—Ah, ¿sí? —cuestiona de forma retórica—. Porque en solo unos días has pasado de desayunar conmigo sin lanzarme un cuchillo a la cara a casi insultarme en el coche.

—No te he insultado.

—He dicho casi.

—Tampoco te iba a insultar —refuto, frunciendo el ceño.

—Eso no es el punto, Esther. Es...

Sin embargo, cierra la boca de golpe cuando sus ojos se desvían de mí y se clavan en alguien frente a él.

—Hola —saluda con voz dulzona. Muestra un atisbo de sonrisa al dirigirse a Ryu, y sé, por el gesto forzado, que no le ha gustado en absoluto—. Soy Thais, la novia de Esther.

Ryu enarca una ceja en respuesta, pero no le corresponde el saludo. Esta vez soy yo quien lo observa extraña ante su mutismo.

Me aparto de su lado, sintiendo sus ojos clavados sobre mí, incluso cuando me acerco a Thais y la abrazo. Mi novia no tarda en ahuecar mi rostro y besarme, no obstante, es una casta caricia. Aunque Thais hace el amago de profundizarlo, esta vez me siento incómoda al besarla de esa manera delante de alguien.

O, a lo mejor, es solo porque es él quien está delante.

—Él es Ryu —lo presento. Por el rabillo del ojo me doy cuenta de que sonríe, pero no de la manera que me mostró el día de la fiesta, sino el tipo de sonrisa que me ofreció el primer día que nos conocimos—. El hijo mayor de los Kimura.

Ryu parpadea un par de veces, sin decir nada ante la manera de presentarlo. Ahora mismo me encantaría tener el poder de leer mentes como uno de los superhéroes que tanto le gustan a Nara para saber qué está pensando en estos momentos.

Daría lo que fuera para comprender que está maquinando su cabeza.

Me froto los brazos arriba y abajo, notando la tela húmeda de la chaqueta contra las palmas de mis manos, aunque ya no siento nuevas gotas chocando contra el dorso de esta, ni en mi cabeza, ni en la cara. Aparto la vista de Ryu y me fijo en que Thais ha colocado el paraguas en medio de las dos para resguardarme a mí también de la lluvia.

Había estado tan enfocada en entender que le ocurría que ni siquiera me he dado cuenta de ello.

Pero él, a diferencia de mí, sigue bajo la lluvia y parece no importarle.

Un inesperado amor | 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora