N/A: Esta vez la nota de autora es antes y no después. Gracias, una vez más, por acompañarme durante esta aventura. Espero vernos en las próxima.Ahora toca disfrutar :)
(Canción: 18 de One Direction)
<< Epílogo >>
En cuanto el reloj marca las en punto, queda en un segundo plano lo que pueda estar diciendo el profesor de fundamentos de biología.
Miro de reojo a la chica de pelo rojo que hay a mi lado, Irene creo que se llamaba, que al igual que el resto de compañeros y yo, empieza a recoger todo como si su vida dependiera de ello.
No pienso quejarme, la verdad.
Cuanta antes recoja, antes podré irme de aquí.
Se desliza por toda la longitud de la mesa hasta acabar en las escaleras, conmigo pegada a sus talones. Le doy las gracias rápidamente cuando se aparta de mi camino y salgo escopeteada escaleras abajo, zigzagueando entre la gente con prisas.
Creo que le doy a alguien en medio de mi carrera, pero no puede darme más igual.
Con el ordenador pegado al pecho para que no se me escurra de las manos, desciendo las dos plantas de la facultad, abriéndome paso de la forma más sutil posible entre la marabunta de estudiantes de Ciencias del mar.
Oigo que alguien me llama y apostaría el poco dinero que tengo en el bolso que debe de ser Sam, un chico que conocí el primer día cuando llegué al Erasmus en Gran Canaria.
«Se lo compensaré mañana en el espacio vivo», pienso para mis adentros.
Esquivo al profesor de física haciéndole un gesto con la mano a modo de disculpas, antes de girarme y echar a correr fuera de la facultad hasta acabar frente a las grandes escaleras que conducen al edificio de informática.
Ante el silbido divertido y familiar, dejo de dar vueltas sobre mí misma y enfoco mi atención en la parada de autobús.
No sé por qué me sorprende que esté aquí si me había escrito hace cinco minutos estropeando de la forma más suya posible la supuesta sorpresa.
Mirando a ambos lados para no acabar atropellada, cruzo la carretera fuera del paso de peatones.
Ni siquiera le dejo decir nada y me abalanzo sobre él, abrazándolo, ahogando un grito de emoción.
A pesar del choque inicial, no tarda en rodearme de vuelta, estrechándome más cerca suya, provocando que su colonia me envuelva al igual que su calor.
Entierro la cara en el hueco que hace su cuello con el hombro y cierro los ojos, deseando que este momento dure por mucho más tiempo.
—Hola a ti también —murmura divertido contra mi pelo.
Suelto un bufido, irritada cuando escucho su risa suave.
—Hola —mascullo con voz ahogada ante la cercanía.
Afianzo el abrazo alrededor de sus hombros, renuente a alejarme de él por lo menos en cinco minutos más.
Ryu, sin embargo, parece tener otro plan en mente porque me rodea las muñecas, obligándome a que me separe de él en contra de mi voluntad, aunque sin sumar ningún centímetro entre los dos.
Al igual que siempre, tengo que alzar la cabeza para poder mantenerle la mirada.
Él, en compensación, agacha un poco la suya.
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Un inesperado amor | 2
RomanceEsther es una adolescente a la que nunca le gustaron los cambios, pero tampoco se le dio bien seguir la rutina. *** Tras las vacaciones de Navidad y con mucha insistencia de parte de sus padres, Esther...