Capítulo dedicado a ilybrratz es poco higiénico, pero respeto tu fetiche con los pies, yo también se los besaría a Saoirse jeje 🔥
Felicidades adelantadas a dencyscs <3
(Canción: Saturday Sun de Vance Joy)
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Al final el jueves no me fui a dormir hasta después de cenar.
Ryu y yo estuvimos hablando por horas. Muchas. Ni siquiera me había preocupado en mirar mi teléfono, ni si Helen y Kenji habían llegado, ni si Nara estaba pendiente de cuando llegase. No fue hasta que Boots empezó a arañar la puerta cuando nuestra pequeña burbujita se rompió.
En esas horas descubrí que el color favorito de Ryu es el negro, que prefiere mil veces antes el verano que el invierno y yo tuve que darle una larga explicación sobre por qué el invierno es la mejor estación en realidad, a lo que él me rebatió con un: «Tienes muy mal gusto».
Y, por razones obvias, esa se convirtió en su respuesta favorita cada vez que yo decía algo, pero fue cuando al confesar que era una enamorada empedernida de los libros de romance y él se burló, que yo solté un: «Me importa una mierda tu opinión».
Esa terminó convirtiéndose en la mía.
También descubrí que tiene una cicatriz debajo de la barbilla y que se la hizo porque un mini-Ryu de la edad de Kairi decidió escalar árboles para intentar cazar una ardilla y terminó cayéndose por culpa de una rama, chocando con una piedra que había en el suelo.
Mi anécdota con animales salvajes no es tan espectacular como la suya, pero se resume en que el chihuahua de Evelyn me mordió de pequeña la nariz y desde entonces le tengo pánico a los perros. Al único que soporto ahora mismo es a Boots, pero es que esa bola de pelo no haría daño ni a una mosca.
Quién iba a pensar que el engreído que se coló en mi habitación la primera noche iba a resultar tan interesante.
Aunque eso no quita que siga sacándome de quicio cada vez que tiene oportunidad como está haciendo ahora mismo al intentar contener una sonrisa divertida ante mi exasperación por no saber a dónde nos dirigimos.
—¿Por qué no vamos a los bolos al final? —pregunto de nuevo, irritada cuando lo único que recibo en respuesta es que él y Saoirse intercambien una mirada cómplice.
—Ha habido un cambio de planes —acaba respondiendo al cabo de unos segundo en silencio mi mejor amiga.
Agarra el paraguas del cubo negro antes de salir de casa, arrastrándome con ella al exterior. Bajamos las escaleras con nuestros brazos entrelazados y soy capaz de oír como cierran la puerta detrás de nosotras. No necesito mirar por encima de mi hombro para saber que Ryu está pisándonos los talones.
—¿Qué? ¿Por qué? —refunfuño, al igual que le he oído hacer a Nara cada vez que Helen le da una fruta en lugar de un yogur para merendar.
«Al final Enzo va a terminar teniendo razón», me regaño mentalmente al darme cuenta.
—En Irlanda llueve los trescientos sesenta y cinco días del año, period. —Desenlaza nuestros brazos y abre la puerta del copiloto, alentándome a que entre al coche y me siente en el asiento. Frunzo el ceño, sin entender nada de lo que está pasando, pero obedezco igualmente—. Así que hoy tenemos que aprovechar los dos rayitos de sol que hay.
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Un inesperado amor | 2
RomanceEsther es una adolescente a la que nunca le gustaron los cambios, pero tampoco se le dio bien seguir la rutina. *** Tras las vacaciones de Navidad y con mucha insistencia de parte de sus padres, Esther...