Capítulo dedicado sara6735 el pobre Ryu va dejar de sacar su lado romanticón como siga así... en realidad no, cuánto más irritada Esther, más enamorado el río jeje 🤨
(Canción: Dancing In The Dark de Rihanna)
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Menos mal que, al cabo de varios minutos, ante la falta de aire y el dolor de estómago, el ataque de risa cesa y podemos ver el desfile como personas normales.
Al igual que antes, me pongo de puntillas y estiro el cuello todo lo que puedo para poder ver al menos algo del desfile. Lo primero que capto con la mirada son varios bailarines ondeando banderas naranjas, blancas y verdes, los colores de la bandera nacional. En los costados van varias personas vestidas enteras de verde con tréboles enormes de cuatro hojas en las manos. Detrás de ellos va una carroza con un gran duende irlandés junto a un calderón gigante a rebosar de lingotes de oro.
Es bastante impresionante.
Con cuidado de no golpear a nadie, saco la cámara de la mochila y alargo los brazos con la cámara en las manos, cliqueando sin mirar un par de veces antes de bajarla y mirar que había podido capturar.
Algunas fotos, claramente, salen borrosas debido al escaso equilibrio que tengo de puntillas. Aún así, en las borrosas hay fotos que me gustan. También hay varias enfocadas y que se aprecian la verdadera locura que hay en el pasacalles y la gente a su alrededor.
Cuando este grupo pasa, le sigue una carroza de color blanco con varias personas disfrazadas de hadas. Tienen incluso las orejas. Se mueven de un lado al otro, logrando que las alas se abran y cierren en respuesta al movimiento.
También saco varias fotos de ellos, aunque me distraigo con Nara, que los observa impresionada. Le brilla la mirada emocionada cuando uno de ellos nos saluda.
Bueno, a nosotros y al centenar de personas que hay a nuestro alrededor.
Tras ellos, siguen apareciendo carroza tras carroza, con bailes, canciones y decoraciones que no creo que pueda ser capaz de acostumbrarme jamás y eso que había pasado más de diez navidades yendo a las carrozas de los Reyes Magos sin perderme ni uno solo.
Ni siquiera las de este año.
No sé por qué, pero esperaba que aquí también lanzasen caramelos a los niños mientras pasaban. Supongo que los irlandeses son más refinados que nosotros. Solo de imaginarme a Ryu o a Saoirse haciendo el truco del paraguas boca arriba para conseguir más caramelos que el resto me es imposible no sonreír.
Siento un empujón en el brazo y bajo la cámara antes de desviar la mirada del desfile.
—¿Qué?
Ryu sonríe al escucharme y enarca una ceja.
—¿Qué de qué?
Frunzo el ceño.
—Eso debería estar preguntándote yo a ti. ¿Por qué me has dado un golpe?
—Porque me ha surgido una duda.
—¿No podía esperar?
—Era de suma importancia y urgencia —se justifica con tono serio.
Estoy segura de que, si no tuviera las manos sobre la espalda de Nara para que no se caiga para atrás, apoyaría una mano sobre el pecho con dramatismo.
—Entonces es una tontería —refuto, intentando mantener el tono irritado intacto, aunque tenga ganas de sonreír.
—Lo tomo, pero que sepas que me ofende.
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Un inesperado amor | 2
RomanceEsther es una adolescente a la que nunca le gustaron los cambios, pero tampoco se le dio bien seguir la rutina. *** Tras las vacaciones de Navidad y con mucha insistencia de parte de sus padres, Esther...