Francesco.
Cuando uno va ser padre, tiene al menos nueve meses para prepararse mentalmente que su vida va cambiar en torno al pequeño ser al que llamarás hijo. Lo ves crecer en el interior de su madre, sus movimientos y hasta el día de su nacimiento, pero a mi me habían negado todo eso. De la noche a la mañana tenía una hija de tres meses, una niña que solo me tenía a mí y debía protegerla de todo el maldito mal que la rodea, porque si algo estoy seguro es que nadie le haría algo malo a mi principessa, ella ahora es mi más grande motivo para vivir.
A penas horas que la conozco y la amo, no me he atrevido ni a sostenerla en mis brazos, por temor de lastinarla, solo la vi en los brazos de Pía o la de su niñera. Todavía no me siento preparado para cargarla sin imaginar lo peor en el proceso.Tenía que empezar a vengarme de todas esas personas que estaban detrás de ello, sin dudas la primera que conocería la furia de Francesco Salvaltore es la perra a la cual debo llamar madre, tuve muchas consideraciones con ella y esto que hizo de aliarse con la araña ponzoñosa de Josefina Cairo, fue la gota que rebasó el vaso de mi paciencia. Hoy la madaria al mismísimo infierno a esa maldita perra traidora.
— La puede cargar si quiere señor, lo ayudo — me habla la niñera que esta a cargo de mi hija.
Mi hija, tan raro, pero real. Brina es mi hija y mi principessa.
— No estoy listo — digo observando como esos lindos ojos negros me observan con atención.
Ella es una pequeña curiosa, sus ojos y su cabello son de un intenso negro, es tan chiquita que cabe perfectamente en uno de mis brazos. Desde que estoy en la casa, observándola, ella no quiere dormir solo me mira y sonríe, me ha estirado sus bracitos para que la cargue, pero como dije no me siento preparado para hacerlo todavía.
— Debemos hablar, Fran — la voz de Pía me hace mirarla.
— Seguro debe haber más mentiras que contar — digo bufando.
Pía me hace señas para que la siga, voy detrás suyo hasta que nos metemos a su despacho, donde ya Vanni nos estaba esperando sentado con una copa de whisky en su mano.
— Gracias por cuidar de mi hija — le hablo directo a ella.
— Francesco — interrumpe mi hermano.
— Ahora que se de ella, me la llevaré conmigo ...
— Sobre mi cadáver lo vas a hacer, Francesco — masculla Pía cabreada.
— Es mi hija — digo frunciendo mi ceño.
— Brina es más mi hija que tuya ...
— Pía — intercede Vanni.
— Tuya no es nada, Cairo. Te agradezco que la cuidarás, pero ahora me tiene a mi y sus tíos. Nosotros cuidaremos de ella de ahora en adelante — sentencio con seguridad.
Brina me tenía a mí y a nuestra familia, juntos cuidaremos de la principessa de la familia.
Pía se acerca a donde estoy, solo unos pasos nos separaban uno del otro.
— Esa niña es mía, tengo sus papeles de adopción. Yo la salve de todos las que la buscaban. Soy su madre hace tres meses, mientras tu te follabas a todas las putas de Italia, yo era la que cuidaba de ella, no me vas a quitar a mi hija Francesco, porque esto terminaria en una guerra conmigo — declara de forma amenazante.
— Tiene mi sangre ....
— Hace media horas negabas la posibilidad que seas su padre, no seamos hipócritas — agrega molesta.
— Francesco, Pía, por favor — murmura Vanni negando su cabeza.
— Mi hija no llevará el sucio apellido Cairo — mascullo.
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Mafia italiana. (3.5 SAP)
De Todo3.5 Saga Atracciones Peligrosas. Mafia italiana une tres historias completamente diferentes en una sola: * Dangerous * Atrapado a tí * Giovanni Cada Salvatore contará su historia desde su propio punto de vista. ¿Están listos para meternos en los lí...