Capítulo 27.

17.8K 1.7K 244
                                    

Brandon.

Seis meses después.

Nápoles.

Varios meses estuve lejos de la ciudad, mi hermano mayor me había pedido que sea el que organice a la mafia irlandesa que ahora se encontraba en su poder. Estar lejos de todo sirve para dejar de pensar en cosas que te dan mucho dolor, como por ejemplo el casi trato que tengo con Marena. Somos un matrimonio solo de papeles, nada más, ni sentimientos hay de por medio y sabía que esto la estaba molestando mucho, sobre todo ahora que la universidad de Milán aceptó su solicitud para estudiar derecho.

Aunque no lo demuestre, me importa todo de ella y quiero lo mejor para su futuro.

Se que estos meses ha terminado sus estudios secundarios, ha hecho cursos de nivelación para la universidad y puso todo de si para poder ayudar a su madre. La mujer que ahora vive en nuestra casa de Sicilia siendo su compañía.

— Señor, el abogado le dejo esto — me informa Osso al verme llegar a la casa donde me estoy quedando.

En menos de tres días, será la segunda boda de Daniel y Rachel, ya estamos organizando todo eso, la seguridad de la familia.

— Gracias Osso — contesto ingresando y justo me encuentro con la mirada de Marena que nos toma por sorpresa a ambos.

— Pensé que venias en unos días — dice.

— Hoy es la despedida de solteros de Daniel, debo estar aquí — digo pasando por su lado.

— Si, se que es hoy — acota acompañada de un largo suspiro.

Subo las escaleras para ir a mi habitación, me cruzo en el camino con la señora que es mi suegra que me da un asentimiento con su cabeza como saludo.

Su madre no me cae tan bien como esperaba, la saqué del burdel en la que era una esclava sexual hace dieciocho años y como me paga buscando que su hija a toda costa se aleje de mi lado. No podía estar nunca en la casa, pero mis oídos si que lo están en todos lados, se lo que dice esa señora de mí.

Gran parte del día estuve en mi habitación, releí muchas veces esos papeles que el abogado había mandado y con un largo suspiro puse mi firma para luego dejar todo arriba de la mesa de noche. Mañana pensaría mejor como decirle esto.

Su firma y sería libre de mi lado.

— ¡Ey, Geronimo! — saludo al Capo de tutti capi cuando nos reunimos en el lugar donde se lleva acabo la despedida soltero de un molesto Daniel.

— ¿Qué tal Irlanda? — consulta entregandome un vaso de whisky.

— ¿Y el tuyo? — pregunto al ver que solo tenia una botella de agua a su lado.

— No, solo agua debo cuidar al novio — bromea.

Daniel pensó que su despedida de soltero sería un desmadre, pero no, mi hermano mayor tenía un concepto viejo mio que ahora ya no existía y porque acepto que he madurado estos meses. Así que por eso esto era una reunión de hombres que se reían de alguna estupidez que Vanni contaba sobre como son las vaginas de las mujeres asiáticas y las latinas.

Vanni y sus malditas estupideces.

En un momento las luces del bar se apagaron alertando nuestros radares, solo fue unos minutos hasta que volvieron y en el centro del escenario había cuatro mujeres en ropa interior de encaje, pelucas que iban a tono con su color de ropa y antifaces.

¡Carajo!

La de azul se llevaba toda mis miradas.

— Brandon — gruñe Daniel a mi lado.

Mafia italiana. (3.5 SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora