Capítulo 14.

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Malak.

Sentía mi cuerpo todo entumecido, solo teníamos dos condones y menos mal, porque perdí la cuenta de cuantos orgasmo tuve esta madrugada con él.
Cada palabra que pienso es insuficiente para poder describirlo, lo que fue y todo lo que sentí y es eso lo que me tiene algo asustada.
No me basta esa simple noche, quiero muchas más porque esto no se compara nada.

El mejor sexo de mi vida.

Vanni dejo la vara demasiado alta.

¡Dios!

Me sentía que tenía un principio de ninfomania, porque en verdad quería sexo y de muchas formas a su lado.

¿Por qué tiene que ser perfecto?

No podía dejar de observarlo mientras dormía en mi cama. Vanni estaba con sus brazos detrás de su cabeza, su entrepierna cubierta por las sábanas y dejaba para que aprecie con mayor atención cada uno de sus tatuajes. Mi mano picaba con la absoluta necesidad de querer pasar mis dedos entre ellos. La frase que llevaba bajo su pectoral, una frase en italiano que decía " la famiglia è la cosa più importante", la familia es lo más importante y vaya que eso es cierto, lo he visto con mis propios ojos la unidad que tiene con sus hermanos. Son un equipo inquebrantable, tal vez no demuestren mucho sus sentimientos, pero si que son leales y están ahi para no dejar caer a ninguno.

Malos o buenos, ellos si que representan una familia, la mía siempre fue un desastre y es uno de los motivos principales que me vi obligada a olvidarme de ellos en el preciso momento que me subí a ese avión para venirme a vivir a Sicilia y ahora con la muerte de mi madre no existía nada que me haga recapacitar sobre el concepto de familia, mi padre y hermano no son nada, solo unos cretinos que buscan su conveniencia.

— ¿Qué tanto me mira, doctora? — murmura sin abrir los ojos.

— Observo la anatomía de tu cuerpo — reconozco.

— Escucharte decir anatomía hace que una parte de mi se ponga más dura — acota con una media sonrisa.

Miro en la dirección que hace referencia, relamo mis labios y mis manos bajan hacia esa zona cubierta por las sábanas. Lo escucho gruñir al sentir como lo toco, me gusta como se entrega, sus expresiones y saber que lo vuelvo loco solo con una caricia.

¿Por qué estaré obsesionada con esta polla?

— Malak — jadea al destaparlo.

Ahí esta mi obsesión, semi dura y lista para que pueda jugar con ella unos minutos.

— Déjame darte los buenos días — digo de forma seductora.

Soy una zorra, pero no me importa.

Beso su pectorales, voy bajando dejando beso tras beso en sus abdominales hasta que me acomodé bien en sus piernas mirando con ansias ese tronco listo para mi. Mis manos lo toman, deslizo hacia arriba y abajo, doy una suave presión sobre su eje que lo hace gruñir y es en ese momento que mi boca toma su glande con una fuerte succión que lo tiene gimiendo con fuerza.

Mi boca lo tiene a mi merced.

Lamo, chupo, succiono y siento su mano en mi cabeza queriendo guiar el movimiento, pero se lo impido.

— Manos fuera — le ordeno.

Gruñe.

— Malak — jadea cuando mi mano presiona con fuerza y lo hace retocer en la cama.

Al ver que entiende mis indirectas, vuelvo a lo que estaba haciendo, mi lengua delinea toda su cuerva, recorriendo cada una de sus venas marcadas. Lo ingreso a mi boca, me molesta no poder tomarlo por completo, pero se que con tiempo podré hacerlo, lo tomo, succiono, chupo su glande una y muchas veces hasta que logro mi objetivo haciendo que se corra en mi boca, generando que por primera vez pruebe el semen.

Mafia italiana. (3.5 SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora