Capítulo 18.

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Vanni.

Si pensé que sería difícil tenerla a mi lado toda la vida, estuve equivocado porque la llegada de su hermano la hizo ponerse a la defensiva y es ahí que usé todo a mi favor aceptando cada uno de sus pedidos, sobre todo el de casarnos.

Si ella quería casarse.

¿Quién era para impedirlo?

Así que oficialmente somos marido y mujer  ella ahora es mi esposa y la dama de Stidda. Quiero ver la cara de mis hermanos mayores cuando se enteren de esto, ya puedo imaginar el enojó de Daniel, pero si el fue y se casó sin avisarnos, también tenía el derecho de hacer lo mismo.

La doctora ya no es Malak Can, sino que le voy a sacar ese apellido para que ahora sea Malak Salvatore, mi esposa.

Mi esposa, suena lindo de decir.

Después de nuestra fugas boda, no había perdido el tiempo de hacerla mía con ese vestido blanco puesto. En el ascensor del hotel también le dejé en claro que es mía y como lo estaba haciendo en este momento en la gran cama. Malak estaba en cuatro mientras mi pene entraba y salía una y otra vez de su exquisita vagina, mis manos se aferraban a su cintura empujando para cada vez ir más profundo en su interior. Tiro de su cabello haciendo que su cuerpo se apoye sobre el mío, mis manos se agarran de sus tetas provocando que me pueda impulsar más profundo en ella. Beso su hombro, estimulo sus pezones ...

Malak me vuelve un primitivo a su lado.

La sostengo con fuerza para que sienta con más vehemencia mis penetraciones y una de mis manos baja hasta su clitoris dejando suaves movimientos que la hacen jadear como loca y que las paredes de su vagina se compriman sobre mi polla regalandome un perfecto orgasmo.

— Vanni — jadea.

— Fue muy intenso, esposa — murmuro en su oído mientras trato de recuperar el aliento después de correrme como lo hice.

— Quiero un baño — dice suspirando al sentirme salir de su interior.

Me quito el condón para tirarlo en la papelera y vuelvo a la cama para tomarla entre mis brazos caminando directo al baño. Chilla al sentir el agua en su cuerpo, Malak está super cansada, nos bañamos, ella sale primero y desde mi perspectiva la observo como se seca, para luego colocarse la bata saliendo fuera del baño.

Malak es tan armoniosa con su cuerpo, no tiene nada al extremo lo justo y necesario para volver loco.

Definitivamente me saqué la lotería al casarme con ella.

Cuando salí del baño, ella ya estaba durmiendo en la cama, me acerque y la atraje a mis brazos para que este mucho más cómoda.

Si que era una locura casarnos, pero no había forma que me arrepienta de esto porque no lo haría. Si de igual forma tenía pensado hacerla mi esposa en unos meses, que ella lo hubiera adelantado solo favorecía mis planes. Ahora si que no podría escaparse más de mi lado, estabamos casados hasta que la muerte nos separe.

***

Tres horas después emprendiamos nuestra vuelta para Sicilia, mi esposa debía trabajar  y yo tenía que hacer lo mismo. Pero primero antes de pasar por su departamento fuimos directo a mi casa donde sabía que mis hermanos estaban ahí porque Rachel y Pía no querían dejar a Marena sola en este duro momento.

¡Mierda!

Mi vida siendo total felicidad y sentía culpa porque también pensaba en el duro momento que estaba transitando mi cuñada junto a mi hermano menor.

— ¿A dónde vamos? — inquiere Malak.

— A nuestra casa, tengo que cambiarme y luego vamos a tu departamento. Tienes que cargar lo más importante que necesitas y luego lo traemos  ...

Mafia italiana. (3.5 SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora