Capítulo 11.

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Pía.

Sabía que ese ataque no había sido al azar, mi casa estaba tan bien escondida que era difícil acceder a ese lugar. Josefina no tenía una mentalidad tan creativa para hacer algo como esto, aunque Francesco aseguraba que esto era una traición de Arthur, confiaba en mi consejero, pero todos estaban equivocados porque los que nos atacaron fue la mafia China y Giovanni era el causante de esto. Al parecer mi primo y su poca facilidad de mantener su pene dentro de su pantalón habia ocasionado problemas con la mafia oriental, el cual nos arrastraba a todos en la misma bolsa. Sttida comenzaba una guerra, la cual se unía Camorra, solo por lealtad entre ellos.
Ellos se habian alejado de nosotras, por recomendación de Daniel, era momento de estar separados para no poner a Rachel, Marena y Brina en peligro de los chinos. Por eso me había quedado a cargo y sobre todo al cuidado de mis chicas, nada malo les pasaría porque antes iba a degollar varios hombres antes de permitir que las toquen a ellas.

Nadie se mete con mis chicas.

Debíamos esperar indicaciones de como seguir, por el momento estar en un lugar a salvo mientras ellos solucionan los problemas.

— Daniel — lo saludo a través de la pantalla.

¿Cómo está mi esposa? — pregunta sin saludar.

— Esta bien, ella y tu hijo están bien — sentencio con seguridad.

Esta noche iré por Rachel y Marena. Camorra cuidará a la niña hasta que Brandon regrese de Apulia —me cuenta.

— ¿Hoy comienzan? — inquiero.

Si Francesco en compañía de Giovanni y Brandon irán a Apulia. Ellos tratarán de sacar a su madre así te queda vía libre para empezar a jugar con la salud mental de Josefina — contesta con una sonrisa maliciosa.

— Perfecto — digo sonriendo.

Brina se vendrá conmigo, Pía. — lo miro achinando los ojos. — Antes que me ataques, escuchame — me pide suspirando. — Déjala a nuestro cuidado, Rachel y yo cuidaremos de nuestra ahijada, así tu puedes seguir el plan sin tener que pensar como estará ella con su niñera — agrega tratando de convencerme.

No era una mala idea, si ponía a mi hija al cuidado de personas de extremas confianza,  me daba más tiempo para poder seguir el plan con toda seguridad y sin fallas.

— Solo porque confío en Rachel — contestó.

Esta noche iré por ellas — afirma cortando la comunicación.

Seria difícil separarme de mi hija, pero es la mejor solución en estos momentos donde estaba en guerra para recuperar mi trono, el cual me pertenece desde nacimiento.

— ¿Era la voz de Daniel, no? — pregunta Rachel llegando a la sala.

— Si, esta noche viene por ti — le cuento notando la felicidad en su rosto.

Ellos se amaban de una forma tan única que daba envidia de la buena.

— Lo extrañamos — murmura sentándose a mi lado llevando su mano a su plano viente.

— ¿Qué dices que será? — consulto al observarla.

— Creo que un niño — sentencia acariciando su vientre. Ella recién estaba de trece semanas de embarazo, el bebé es pequeño y faltaba un poco para asegurar con exactitud el sexo del bebé.

— Te propongo algo — digo divertida.

— Me dan miedo tus propuestas — acota Rachel.

— Seré la primera en saber el sexo y yo daré la sorpresa — sugiero.

Mafia italiana. (3.5 SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora