Epílogo.

26.1K 2K 237
                                    

Brandon.

Meses después.

De nuevo estábamos en Irlanda luego de haber pasado varios días en familia por la fiesta de navidad  y año nuevo, donde tuvimos la sorpresiva llegada al mundo de Fiorella, la nueva princesa de la familia Salvatore, hija de mi hermano Daniel y Rachel. Así que este nuevo año lo empezamos con solo buenas noticias para nuestra enorme familia.
Mi esposa había decidido mudarse definitivamente a Dublin conmigo luego de ese día donde se graduó, enfrentó a su madre y nos escapamos a Apulia, ese mismo día donde volví a poner en su mano los anillos que dice que es solo mía y de nadie más.

Así que hace tres meses que vivimos juntos y no nos separamos por nada.

Que hoy este durmiendo junto con Marena aferrada a mi cuerpo es todo gracias a la jugada sucia de Vanni y sus juegos nos llevó a ambos a tener que enfrentar nuestros problemas. Agradecemos a mi hermano por lo que hizo, si no mi vida no sería así de feliz.

— Brandon — se queja mi mujer mientras dejo besos en la curvatura de su cuello.

— Quiero darle los buenos días como se debe a mi esposa — digo mientras voy subiendo por su cuerpo desnudo y ella abre sus piernas para recibirme. Su boca toma la mía, mi mano baja directo a su vagina para estimularla mientras ella jadea entre beso y beso que nos damos. Mi besos bajan por su cuello, voy a deleitarme con sus pechos, mis labios se cierran primero en uno de sus pezones y luego atiendo al otro.

— Brandon — jadea en mi oído mientras sus uñas se clavan en mi espalda.

Me acomodo entre sus piernas y mi pene se alinea entrando lentamente en su estrecha vagina que me recibe amoldandose a mi longitud. La tomo de sorpresa haciéndonos girar en la cama para que sea ella la que ahora esté arriba.

— Amo ver como sus pechos se mueven en esta posición — digo mirando sus ojos.

— Pervertido — gime al sentir mi mano impactar sobre su exquisito trasero.

— Vamos, cariño — gruño cuando ella empieza a moverse lentamente de arriba a hacia abajo. Sus movimientos son perfectos, duros y me vuelve extremadamente loco cuando rota su cadera haciendo que mi pene entre un poco más en su interior.

Jadeo, gemidos y gruñidos son el eco perfecto en nuestra habitación mientras ella se mueve encima mio dejando que manos ambos nos perdamos en el cuerpo del otro.

No va existir otra mujer en el mundo que pueda volverme loco como lo hace ella, la mujer de mi vida.

— ¿Pensaste en lo que te dije? — le pregunto besando su mejilla.

Ella seguía sentada encima mio, recuperándose de su orgasmo mientras acariciaba su espalda desnuda.

— ¿Cuál de todas? ¿sobre nuestra segunda boda o las vacaciones por el caribe? — me consulta dejando un beso en mi mejilla para luego mirarme a los ojos.

— La dos cosas — afirmo.

— Lo de las vacaciones deberíamos esperar, en unas semanas tengo que empezar a trabajar con tus hermanos ...

— Esos bastardos explotadores — gruño.

— ¡Oye, son mis jefes! — exclama divertida.

— No me importa siguen siendo unos bastardos explotadores — reafirmo.

— No seas malo, me gusta la responsabilidad que me dieron — comenta.

— Podrías ser solo mi abogada — sugiero.

Ya se cual es su respuesta.

— Soy tu esposa, no es ético y lo sabes — me recuerda.

— Odio la ética — mascullo rodando los ojos.

— Te amo — dice besando mis labios.

— ¿Y nuestra boda? — consulto.

— ¿Viste cuando me preguntaste si quería tener hijos? — inquiere.

Frunzo mi ceño, si recordaba esa charla que tuvimos una noche luego de un intenso sexo desenfrenado, le pregunté que pensaba de la idea de hijos y ella me había dejado claro que si lo quería, solo que ahora no era el momento para ello.

— Si, me dijiste que no era el momento que debíamos enfocarnos en nuestras obligaciones y sobre todo en el inicio de tu carrera — comento.

— Al universo y los métodos anticonceptivos les gusta conspirar en contra de nosotros ...

— No entiendo — murmuro.

Toma mi mano y la baja hasta su vientre donde me deja apoyarla. — Que en ocho meses seremos tres — dice mordiendo su labio inferior nerviosa.

Un nudo siento en mi garganta mientras la miro a los ojos, ella está embarazada.

Un bebé, suyo y mío.

— Seremos tres — musito.

— Seremos tres — repite.

Esta vez será diferente.

— ¿Brandon? — dice tomando mi rostro entre sus manos preocupada.

— ¡Mierda! — exclamo.

Atraigo su boca a la mía y la beso. No esperaba una noticia como ésta, pero es la mejor de todas.

— Brandon — se ríe ella entre beso y beso.

— Cada día que paso a tu lado me haces más feliz de lo que ya soy — digo tomando su rostro entre mis manos.

— Tendremos un bebé — musita.

— ¡Tendremos un bebé!— repito eufórico.

Marena había llegado a mi vida sin darme cuenta, la saqué de esa casa donde era una víctima de su padre, la moví conmigo a todos lados, nos obligaron a casarnos, mis sentimientos por ella me abrumaron, la alejé, nos alejamos mutuamente, pasamos muchas cosas para llegar a este preciso momento donde somos felices y vamos a luchar por seguir siéndolo día a día creciendo como pareja y como familia.

Viviré toda mi vida feliz atrapado a Marena Salvatore, mi niña, mi esposa, la madre de mis hijos y mi total todo.





Mafia italiana. (3.5 SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora