Capítulo 7.

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Pía.

No soy una mujer normal, nunca lo fuí. Nací dentro de uno de los clanes de la mafia Italiana, sabiendo cual sería mí futuro en el preciso momento en que mi padre muera. Me estuve preparando por años para asumir mi legado hasta que de la noche a la mañana apareció en nuestras vidas una hierba venenosa que poco a poco fue logrando lo que siempre quiso, poder, solo que nunca imaginó que mantener ese liderazgo es un trabajo bastante arduo sino tienes los aliados y métodos para mostrarte como se debe.
Josefina es de las mujeres que cree que teniendo un hombre poderoso a su lado la ayudaba a seguir siendo la líder de la Sacra Corona Unita, pero la tonta está muy equivocada, porque yo con solo veintidós años, tengo aliados y medios suficientes para desaparecerla de faz de la tierra en el preciso momento que reviva entre los muertos.

Desde lo diecisiete me vengo preparando para tomar en mis manos ese poder y ese legado que me corresponde, fue fácil matar a mi padre, usé su debilidad por las mujeres y con solo ver a Natasha supe que ella podria matarlo, lo hizo de la mejor forma, ver a mi progenitor degollado en su oficina fue lo más satisfactorio. Ahora había llegado el momento  de saldar deudas con mi querida hermana y le iba destruir de la mejor forma, jugaría con ella para luego atacar, ya tenía un revolver con una bala que tiene su nombre, cuando este tan acabada la usaría, mejor dicho ella sería quien me rogaría que acabe con su vida de una buena vez por todas.

— Sabes creo que me gusta ser tío — escucho que dice Vanni.

Observo a mi primo que esta con Brina en brazos, él le estaba dando su biberón. Es un buen tío, Giovanni es el que más tiempo pasa con nosotras y por eso tiene un vínculo especial con mi hija, ella lo adora.

— Ahora Daniel y Rachel tendrán un hijo, ahí tendrás otro sobrino a quien consentir — acoto divertida.

— Si es así de posesivo con Rachel no me quiero imaginar como será con ese bebé, dudo que nos deje cargarlo — comenta rodando sus ojos.

Rachel y Daniel son los padrinos se Brina, los elegí a ambos por el simple hecho que si algo me sucede se que ellos cuidarán de mi hija como si fuera suya. Ahora que Francesco sabe de nuestra hija, estábamos en un debate porque no entiende que también es mía, soy su madre, la adopté, pero se que hasta que Fran no se le quite ese enojo no podremos ser civilizados.

— Creo que el pasado le da más miedo, es por eso que es así con ella y lo será con sus hijos — declaró pensativa.

— Las cosas no son como antes Pía, no tenemos enemigos que podrían acabar con nosotros ni siquiera Josefina la tomamos como rivalidad...

— Ella no cuenta, solo tuvo suerte por el momento — afirmo.

— ¿Estás lista? — me pregunta.

— Desde hace tres meses que lo estoy — sentencio con seguridad.

Desde esa noche que reviví de entre los muertos, estoy preparada para acabar con Josefina. No hay nada más lindo que desde la sombra observe como ella se debilita no solo físicamente sino mental, porque hace varios días vengo jugando con su paranoia, solo nos toca poner al último jugador en el juego para terminar una buena vez con todo.

— Debemos hablar con Francesco — me recuerda Vanni.

— Esta modo idiota, cuando se le pase podremos hacerlo — acoto suspirando.

— Solo espero que no haya echo alguna estupidez — murmura mi primo preocupado.

Hace un par de horas Francesco había salido de esta casa sin decir nada, así que no teníamos idea de que podría estar haciendo, espero que no este follando con alguna mientras nosotros estamos preocupados por él, porque sino le cortaría las pelotas hoy mismo.

Mafia italiana. (3.5 SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora