Capítulo 23.

13.3K 1.5K 149
                                    

Malak.

Me sentía agotada, todavía faltaban tres horas para finalizar mi guardia nocturna y debía seguir con mis otras horas de guardia como residente. Sin dudas al finalizar mi día seré un ente que voy a necesitar que me carguen, estoy segura que Vanni no se opondría a la idea de cargarme en sus brazos para llegar a casa.
Anhelaba mucho una cama, hasta sentía nostalgia de barbita y muchas ganas de dormir entre sus brazos, no estaba siendo una guardia fácil la de esta noche porque estaba llena de desgracias y no de felicidad como debería ser.

Difícil ver morir a mujeres jóvenes, hace unas horas había llegado una mujer de unos viente años embarazada de veinticuatro semanas de gestación, supuestamente según su pareja se había caído de las escaleras, pero cuando la empezamos a revisar encontramos golpes que no eran compatibles con una caída. Ella llegó en un estado crítico, falla respiratoria y una hemorragia abdominal donde lamentablemente perdimos a ambos. Mientras que el miserable ese lloraba, todos sabíamos quien era el causante de esta desgracia y me importaba una mierda denunciarlo como lo hice.

— Me contaron todo — escucho una voz desde la entrada de la puerta de residentes.

Sonrío.

— Necesitaba de tí — reconozco viendo entrar a Giovanni con dos café en sus manos.

— Me pone feliz que mi esposa me extrañe — afirma divertido.

— Hablaba del café, no de tí — acoto.

— Eres una malvada, esposa mía.

Miro el reloj, son las cinco de la mañana, no debería estar aquí sino estar descansando como lo haría una persona normal.

— Ven siéntate, dame mi café y abrazame — le ordeno.

— No me gusta recibir órdenes, sabes que soy el lider de una mafia y él único que da órdenes ...

— Con tu mafia darás las órdenes que quieras, estando conmigo soy la que manda — determino viendo la sonrisa en su rostro de pura diversión.

— Dominado por mi mujer — ironiza entregando el café y tomando lugar a mi lado.

— Solo nosotros dos sabremos esto — murmuro apoyando mi cabeza en su hombro.

— Brandon vió tu máxima expresión de celos, dijo que estamos totalmente locos ....

— ¿Tú hermano que? — cuestiono.

— Cuando ingresaste está mañana a darme mi sortija — me recuerda.

— ¡Qué vergüenza!

Si que me había pasado de la raya, de lo enojada que estaba no noté la presencia de su hermano y vaya que hice un espectáculo ordenando a que se ponga esa sortija.

— Mi polla se alza contenta al escucharte tan posesiva por nosotros — afirma provocando que suelte una gran carcajada ante sus palabras.

Solo él puede decir esas cosas.

— Vanni, gracias por hacerme feliz — murmuro.

Sus ojos me observan, pasa una de sus manos por mi mejilla y se acerca dejando un beso en la punta de mi nariz que me hace sonreír.

— Feliz cumpleaños, doctora que toca mi polla — dice tomándome por sorpresa.

Me quedo en silencio un rato.

No lo entiendo hasta que recuerdo la fecha y definitivamente es mi cumpleaños. No me gusta celebrarlo mucho, pero se sentía tan bien que este nuevo año de mi vida lo esté pasando a su lado.  Que me inclino para dejar un suave beso en sus labios.

Mafia italiana. (3.5 SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora