Capítulo 30

528 40 0
                                    

LILITH

Ojalá hubiera sido más inteligente después de la pregunta que abandonó mis labios ese día.

—Contéstame, Leviatán... ¿Tuviste algo que ver con el accidente de Juan?

Siento como si hubiera tragado una píldora enorme en seco cuando aguardo por una respuesta. Esta situación me sobrepasa. Pero no le hago frente con el miedo comiéndome la cabeza, más bien, obligo a mi cerebro a encerrar ese miedo con doble candado y una extra cerradura, armándome de valor para encarar a este ingrato cargado de mentiras.

—Dime la verdad —le exijo, con una confianza en mí misma que no me la creo ni yo.

Levi voltea los ojos, y bufa en respuesta.

—¿La verdad? —Noto el rasgo oculto de burla y enojo en su voz, pero lo ignoro.

Me cruzo de brazos, mandando la caja fuerte (con mis miedos adentro), al fondo del océano. Mi espalda se vuelve una regla, un metro, todo el condenado juego geométrico que tenga noventa grados escrito en los instrumentos, para demostrarle que no le temo ni a él o a sus acciones o a las repercusiones de conocer la verdad. Aunque, sinceramente sí le temo al descubrimiento... Bueno, algo..., sólo que no lo demuestro.

—Sí, la verdad.

Refunfuña. Parece niño chiquito que no tolera responder un interrogatorio sin helado de recompensa por su cooperación. Por un instante, me recuerda al Levi que me gusta, cuando pone esa cara de: "Me importa un carajo lo que opines de mí, y lo que quieras obtener de esto". Suena feo, pero esa clase de actitud y mirada en su rostro fue lo que me gustó de él en primer lugar. Fue nuestro encuentro desde un principio. Fue lo único real que me mostró de él, y lo que realmente capturó mi atención.

Fue la primera emoción que descubrí en Levi, obvio me tenía que gustar.

¿Saben a lo qué me refiero?

—¿Tuviste algo que ver con el accidente de Juan? —vuelvo a preguntar.

Y una vez más, él me niega su respuesta.

—Y..., ¿por qué tantos deseos de conocer la verdad? —me sonríe con malicia—. ¿Temes que tu querido enamorado esté involucrado en el crimen, abogada?

—Leo sería incapaz de hacerle daño a alguien —aseguro sin pensar, lo que provoca que Levi se ría y a mí me entren dudas.

Leo sería incapaz de hacerle daño a alguien. ¿Cierto? Lo conozco hace poco, pero sé que él jamás le haría daño a alguien. Lo sé, sólo lo sé. Además, ¿qué condenada razón tendría Leonardo para dañar al pobre de Juan? Que yo sepa, ninguna.

Pero, Lilith... ¿Tampoco te has puesto a pensar en las razones que tendría Levi para dañar a Juan? Porque..., que tú sepas, ninguna. No has pensado en eso, ¿verdad?

Aunque odie admitirlo, es la verdad. Tanto Leo como Levi no tienen ni una bendita razón para lastimar a Juan. Sólo porque los vi murmurando entre sí con demasiada sospecha tatuada en sus frentes, no significa que sean culpables de un posible intento de homicidio.

No hay causa probable, por lo tanto, no hay caso.

Es un callejón sin salida.

¿Se pueden querer a dos personas al mismo tiempo? [POLIAMOR #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora