¿Se pueden querer a dos personas al mismo tiempo? [POLIAMOR #1]

Capítulo 47

LILITH

⚠️ Contenido sensible ⚠️
Puse este capítulo sin afán de ofender a nadie o a mis lectores.
Recuerden que todo es ficción. Recuerden que cada personaje piensa de un modo distinto y que ellos pueden cambiar de opinión en cualquier momento de su vida. No son de piedra.

Ahora sí: Capítulo 47
👇🏻

»Odio.
Enojo.
Decepción.
Drama.
Ira.
Rabia.
Locura.»

¿Qué más puedes agregar a la lista, cuando te enteras de la peor mentira dicha y creída por ti durante tantos años...? 10 años, para ser exactos. Todo vuelve a ti de sopetón, por arte de magia, como si la persona cohibida dentro de ti encontrara el baúl empolvado de tus memorias y te diera un vistazo vivido a través de sus ojos, cómo lo interpretó y el modo en cómo lo manejó sin ayuda de nadie. La sorpresa y el miedo te sobrepasan, y terminas envuelta en una pausa interminable de la que no parece haber escape. Es uno de esos bucles infinitos de batallas en los que no existen ganadores.

Sobrevivir es la nueva era.

Pero yo... literalmente he olvidado sobrevivir este año. Y... me estoy cansando de morir lentamente.

De repente, todo cambia, algo dentro de ti se siente diferente cuando tienes la mitad del rompecabezas armado. No es sólo la ruptura que sufres de tu persona, sino el asco y la decepción que malinterpretas a través del espejo lo que te mata lentamente, sin que te des cuenta, por años, por diferentes personas que tenían razones de sobra para odiarte, para maldecirte y jamás amarte.

¿Cómo superas la verdad cuando te la dicen? ¿Cómo puedes, después de tantos años creyendo que las mentiras, son el mejor antibiótico que te ofrece tu mente? ¿Cuál es tu fondo? ¿Cuánto vaivén soportas al día? ¿Qué inestable situación en este mundo será tu punto de quiebre?

Siempre he sido una fiel creyente. Jamás he criticado a mis padres o guardado rencor a mis hermanos o a mi familia, por el modo en cómo me tratan en algunas ocasiones. Nunca les he faltado al respeto. Les tengo mucho cariño, a pesar de que casi todos me odien y nadie quiera tocarme o abrazarme.

Y... siempre creí que esa falta de apego era por los «piojos de Cristo», porque mis primos les dijeron a todos los niños de la cuadra o de las vecindades cercanas que, si me tenían cerca deberían correr y esconderse, porque yo estaba maldita con los piojos de Cristo en mi cabeza.

Así fue como empezó todo. O eso creí yo, porque eso fue lo que mi mente decidió mostrarme, porque la verdad es demasiado dolorosa para manejarla. El dolor siempre ha sido más fuerte que yo. No puedo soportarlo, por eso huyo de él, por esa razón nació LiLith, por eso se formó dentro de mi cabeza hace años. Ella escucha los insultos que yo evado, que yo no confronto. Ella recibe los golpes de los que yo escapo. Ella creció rodeada del odio y el dolor que yo esquivé por miedo a quedarme estancada en la miseria.

Nadie me ayudó a crear a LiLith, yo lo hice solita. Yo me jodí la vida sola. Yo fui la que se equivocó demasiado durante su niñez. Yo fui la que decidió no hacer frente a sus problemas. Yo fui la que imaginó un mundo fantástico, en donde LiLith —una versión fuerte, vengativa y un tanto psicópata de mí— sea la chica que siempre se sale con la suya. Y sí... con el tiempo ella adquirió forma no sólo en mi cabeza, también empecé a materializarla en mi habitación, como una persona de carne y hueso, porque la pequeña niña de seis años, sin amigos o hermanos con los que platicar, se sentía sola, abandonada y desechada por su propia familia.