Capítulo 24

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LILITH

Me lleva...

—Estoy enamorada, Lilith.

Me lleva...

—Lo supe en cuanto lo conocí.

Me lleva...

—Es él —dijo, animada de compartirme su enamoramiento por... Leonardo.

Ay, Cristo, ¿por qué?

De todos los chicos, de todo el mundo, ¿por qué tenía que ser Leonardo el chico que le gusta-ama a mi prima hermana favorita Debi? ¿Por qué si Leonardo a mí ya me besó y, hasta me acurrucó en su pecho cuando me sentí horrible conmigo misma? ¿Por qué le tiene que gustar el chico que me hace sentir como una eterna mariposa?

—Estoy segura de que es él. Es el indicado, guapa. Lo amo. Estoy flechada, enamorada, encantada —dijo, con un auténtico amor en la mirada, y una sonrisa en la boca de oreja a oreja.

—Ah...

—Quise contártelo a ti, antes que a cualquier otra persona en mi vida. Porque eres muy importante para mí y, tú eres la única quien me entiende —dijo, antes de atraer mi cuerpo hacia ella, y envolver sus brazos alrededor de mi cuello—. Eres mi persona favorita en todo el mundo, Lilith.

No puedo hablar. No puedo moverme. Ni siquiera puedo devolverle el abrazo. No salgo de mi ensimismamiento. ¿Cómo podría? ¿Quién podría después de tremenda confesión y maraña de culpa atorada en tu estómago? Esto es peor que una inmensa bola de nieve que amenaza con destruirte colina abajo. Yo soy esa inmensa bola de nieve que cae colina abajo. Yo soy la que destruye a las personas, la que aplasta sus sueños y esperanzas, o la que torpemente arruina a la única chica que quiero y siempre procuro proteger.

«NO.»

¿No?

«Tú sabes que eso no es verdad.»

Pero besé a...

«Y ella se acostó con el esposo de su hermana. Durmió con él, sin importarle su dignidad, o su hermana mayor.»

Lo pienso. Realmente lo pienso. Y, la culpa, la inmensa bola de nieve que atrae basura, y sólo se carga malos deseos y envidia, no parece tan significante ahora.

Sí...

Le doy la razón a mi subconsciente; a esa parte en mi interior que odia ser tomada por una tonta y siempre quiere exponer los secretos del otro. Esa parte de mí la mantengo dormida y controlada, perdida y olvidada. No la odio, pero tampoco la amo. No le temo, pero nunca he buscado que se me acerque; lo que es una total estupidez, porque vive dentro de mí. Hay veces, en las que la siento sonreír. Como ahora, ella está sonriéndome como lo deben hacer los demonios cuando consiguen lo que quieren de sus presas.

«¿Cuánto amor crees que sentía por Leonardo, cuando estaba dejando que la verga de Juan le penetrara su linda vagina?»

Oh, por...

«Cree que somos idiotas. Nos toma por idiotas.»

No, eso no es...

«Cree que no sabemos lo que ella sabe sobre nosotras. Dime Lilith, si tan obvias son las miradas de Levi hacia ti, ¿crees que ella no ha notado las de Leonardo cuando nos sentamos a comer o sólo platicamos? ¿En serio crees que Débora lo ama?... No, ella nos dice que lo ama, porque sabe que la dulce e inocente Lilith no hará nada al respecto si sabe que Debi "ama" a Leonardo.»

No, eso no es cierto. Débora jamás...

«DEJA DE SER TAN INGENUA, LILITH.»

Debi me ama. Soy su prima favorita. Soy la persona que más ama en todo el mundo. Ella jamás me haría daño.

Pero mi yo malo, la parte mala y retorcida que nació con base de burlas, ojos en blanco, ridículos comentarios, empujones y papelitos insultantes dejadas en mi mochila..., no se muestra asustada o un poquito arrepentida. Es más, me sonríe como si supiera que, muy en el fondo, estuviera sucumbiendo hacia su extraño razonamiento, con sus malos sentimientos hacia mi familia (incluida Débora), y tratos que jamás consideré tener hacía mis parientes o mis padres.

«No soporta ver que otra mujer le esté quitando lo que ella piensa que es suyo. Nos considera una amenaza. Tiene miedo de nosotras. Sabe que somos más bonita que ella, y mucho más interesantes.»

—Yo soy la tuya, ¿verdad? ¿Soy tu persona favorita en todo el mundo? —me pregunta, apartándose de mí, con ambas manos en mis hombros y mirándome a los ojos.

Pestañeo, volviendo a la realidad, y sonriéndole a mi prima hermana Debi como si no acabara de librar una batalla mental con mi otro yo.

—Claro que lo eres, prima. Siempre lo has sido y siempre lo serás —le respondo con sinceridad.

«Te estás equivocando demasiado.»

Ignoro la voz, todas las voces y alertas en mi cabeza que me piden a gritos una acción de mi parte. Las mando a volar, las alejo.

—Entonces..., ¿me ayudas a conquistar a Leo?

«Es una perra, y lo sabes. O, ¿no te acuerdas de todas esas veces en las que la seguíamos, y ella siempre se alejaba de nosotras con la excusa de estar jugando a las atrapadas? Tú te inventaste que estábamos jugando. Y, mientras ella se burlaba de ti, porque se juntaba con los "chicos populares", tú te escondías por horas y horas en una habitación oscura, creyendo que Débora vendría a buscarte. ¿No te acuerdas de eso, Lilith?»

Con una enorme sonrisa en la boca le respondo:

—Claro.

Y le respondo a la voz de mi cabeza, a mi otro yo:

No lo he olvidado. No olvido todas esas veces que tú sí recuerdas con tanto ímpetu. Pero tengo fe en ella, en que no me lastimará. No me lastimaría. Aquí debe de haber un error.

«Oh, Lilith. Pobre y dulce Lilith. Crees que todos son inocentes y buenas almas en cuerpos de las apariencias engañan...»

—Tú sólo dime lo que tengo que hacer para ayudarte —agrego, con la esperanza de perder mis sentimientos hacia Leonardo.

Débora me sonríe... como si hubiera planeado que le dijera eso mismo desde hace tiempo, desde que entró a la cocina para ayudarme con los platos.

—Gracias, Lilith. Sabía que podía contar contigo.

«Las apariencias engañan...

Tal vez, debas dudar de las personas que te rodean...

Un demonio puede fácilmente disfrazarse de un ángel...

Un hijo puede convertirse en un maldito aun si tuvo una linda infancia...

Una madre puede guardar rencor hacia sus hijos, por ser lo que ella jamás pudo en su vida...

Una casa deja de ser un hogar cuando alguien más comete un solo error.»

Dejas de creer en ti.

Caer en la tentación es demasiado fácil. Si la fe fuese más fuerte que el delito, y el delito fuese más fuerte que la fe, ¿en dónde estaría la diversión? ¿Cuándo caeríamos en la tentación? En todo caso, nos mandarían a fusilar a todos por ser nosotros mismos, ¿no?

Creer en alguien con hipocresía en la mirada, pero bien disimuladas sus mentiras en cada palabra que dice... De eso se trata la vida, ¿no? Bueno, más o menos.

Sí...

«No te fíes de un ángel de ojos brillantes.»

«No te fíes de una chica que te llama "guapa".»

«No te fíes de la sonrisa de un amigo

«No te fíes de los besos de un hombre

NO CONFÍES EN NADIE.

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Aquí hay pleito. Aquí hay pleito. Se viene un pleitote 😥😥😥

¿Se pueden querer a dos personas al mismo tiempo? [POLIAMOR #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora