Capítulo 33

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DESCONOCIDO

⚠️ Contenido sensible ⚠️

⚠️ Contenido para Adulto ⚠️

Debatí mucho en subirlo, pero finalmente me he decidido.

⚠️ Están advertidos ⚠️

"Si quieres algo bien hecho, hazlo tú mismo".
Napoleon Bonaparte.

Sí soy capaz de amar, de tener un nombre en mente por quien haría cualquier estupidez cariñosa. No eres un monstruo del todo si existe un ancla en tu vida. Y ella era la mía.

No hay mayor prueba de amor que ésta, la de protegerla de la verdad que amenaza con exponerme.

Meto su cuerpo atado y amordazado en el maletero de mi auto. Me aseguro de que no haya ni un alma en el estacionamiento de este hospital. Al parecer, no hay nadie, así que puedo irme con libertad hacia mi humilde casa, donde aguarda mi preciosa pajarita, atada a los pies de la cama, sólo con el camisón y sin ropa interior puesta. La imagen que dejé de ella en mi salón de juegos es tan tentadora, que sólo con imaginarla me aprieta el pantalón.

Pongo el auto en marcha. Tengo que llegar a casa ahora. Necesito saciar mis necesidades antes de perder la erección, y que mejor lugar donde poner mi pené, que su bonito y necesitado coño.

Pero..., y entonces recuerdo el cuerpo de la mujer que ha saboteado cada etapa de mi plan —a tal grado de buscar a mi chica y querer contarle poco a poco lo que hice para alcanzar mis objetivos— en mi maletero, y los pros y contra que tendría de cogérmela sin antes realizar mi ritual magistral.

Decido que no voy a poseerla en medio de la carretera, pero no porque no quiera abusar de ella, sino por la experiencia en sí que gozo antes de hacerlo.

Amo los ruidos que hace una mujer cuando le pongo las manos encima. Amo los sonidos, los olores, las expresiones. Amo todo de ellas. Amo la ropa que destrozo, y los retazos de tela que uso de los camisones que las obligo a ponerse —una vez que encadeno sus pies— para amarrarlas, con la misma ropa que destrocé, a la cama. Una cama que manchan con el tiempo de sangre y fluidos, a veces míos, a veces suyos.

Las hago mías.

Quieran o no.

Porque papá siempre me enseñó a ser un buen hombre, a no decepcionarlo y a jamás contradecir sus órdenes. Cuando él me ordenaba algo, yo simplemente obedecía. Si deseaba que yo matara para demostrarle que siempre estaría de su lado, yo lo hacía.

—Porque..., si me hundo yo, me aseguro de que te ahogues conmigo —me dijo un día, cuando presencié cómo le demostraba su amor a una de sus muchas chicas.

Yo le ayudaba a salvarlas durante su camino a la rendición. Miré cosas que, se suponen, te dan pesadillas a los seis años. Mamá nunca estuvo de acuerdo con él por enseñarme su negocio, sus planes de vida, su contrato.

Pero... ella no importaba, había muerto hace mucho, así que su opinión fue inútil para escucharla. Además, papá me dijo que una mujer atada no necesita que la escuchen.

—Si son tan estúpidas como para abrir las piernas, a cualquier extraño que les habla bonito..., merecen morir.

Jamás supe qué pasó con el cuerpo de mi madre después de que papá dijo eso. Mi padre asegura que la llevó a pasear al estanque con los pétalos en su punto.

¿Se pueden querer a dos personas al mismo tiempo? [POLIAMOR #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora