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Solo Serkan podia sorprender así a Eda. Después de un largo recorrido mientras lentamente amanecía, llegaron a un hermoso lago que además tenía una pequeña cascada.
Nadaron juntos, en medio de besos y sonrisas.

—Deberiamos volver— sugirió Eda sintiendo las manos de Serkan en sus caderas. Seguían en el agua, flotando enredados el uno en el otro.

—Podriamos quedarnos, ya no tengo pendientes aqui— dijo Serkan sobre la boca de ella.

—De hecho no, tengo un vuelo que tomar— le recordó Eda con una sonrisa.

—O puedes volver conmigo en el avión privado— ofreció Serkan sin querer despegarse de ella, y pensar en esas horas sin ella en el aire no era algo lindo de pensar.

—Si, contigo, Engin, Piril y... Selin— dijo Eda con una pequeña sonrisa triste que solo logro poner mal a Serkan que no pudo resistir a dejar un casto beso en sus labios.

—Lo siento, es que... preferiría que viajemos juntos— se disculpo Serkan enterrandose en medio del cuello de Eda dejando otro beso ahi haciéndola estremecer.

—¿Seria muy obvio para todos no crees?— pregunto Eda con una sonrisa mientras sentía la barba de Serkan raspar su cuello.

—Pueden pensar lo que quieran— contestó Serkan sin darle importancia.

—Si claro, trabajas con mi padre si se enteran aquí. ¿Te imaginas como se exparcira en Estambul la noticia?— pregunto Eda haciendo darse cuenta de la magnitud de la noticia a Serkan que no quería esconderse.

—No quiero tener que jugar a las escondidas Eda, además ¿tu de verdad crees que a tus padres les moleste?— pregunto él algo nervioso.

—Claro que no, le caes muy bien además. Pero que me dices de tus padres o Selin, tu trabajas con ella Serkan crees que no le molestara— dijo Eda haciendo sonreir a Serkan por verla pensar en los demás.

—Pero tenemos que vernos, no quiero volver y tener que encontrarte solo cuando hablemos del proyecto que tenemos en comun o... de los señores Birol ahora.

—Tampoco yo, pero para eso existe mi departamento y el parque, quiero ver a Sirius— pidio Eda contenta haciendo reir a Serkan.

—Crei que estábamos hablando de verme a mi no a mi hijo— se quejo Serkan sacandole una sonrisa a Eda.

—Tambien puedo pasar tiempo con el dueño— acordó ella restandole importancia.

—Entonces, ya han pasado unas horas... ya puedes decirme que sientes por mi— sugirio Serkan escuchando a Eda soltar una carcajada.

—No aun no— nego ella para después soltar un gritito al sentir como Serkan mordía su hombro.

—Vamos Eda Yrildim no me hagas esperar— insistio él.

—Veo que te resulta muy incómodo esperar asi— dijo Eda refiriéndose a sus cuerpos casi pegados el uno al otro logrando hacerlo reír.

—No, no del todo.

—Tendriamos que volver, por alguna extraña razón tu teléfono no está sonando y eso no me deja tranquila.

—Es que lo apague, no queria que nos molesten— dijo Serkan volviendo a besarla mientras sus manos se movían por sí solas recorriendo el cuerpo de Eda hasta llegar a sus gluteos, los apretó   incentivando a Eda a enredar sus piernas en las caderas de Serkan, posicion que la hizo sentir directamente la ereccion de Serkan haciéndola gemir.

—Creo... creo que deberiamos volver— dijo Eda sin siquiera separarse un milímetro del cuerpo de Serkan.

—Quisiera decir que no pero, supongo que si— acepto Serkan intentando calmarse.

𝒀  𝒔𝒊...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora