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—Y ahí esta nuestro bebé— volvio a decir Serkan.

—Si pero, ¿si recuerdas que tenemos un trabajo y tenemos que levantarnos ya verdad?— pregunto Eda.

Serkan se habia despertado a las cinco de la mañana y desde entonces no había dejado de acariciar y observar minuciosamente el vientre de Eda que aún se encontraba demasiado plano.
A la castaña le parecía tierno su gesto, pero después de que le contará la noticia Serkan le hizo prometer que hoy irian al médico juntos. El quería estar seguro de que tanto su esposa como su hijo estuvieran en las mejores y más cómodas condiciones posibles.

—Podriamos tomarnos el dia— sugirio él mientras volvia a trazar círculos en el vientre de Eda.

—Serkan, tu nunca te tomas el día. Además acordamos que no diríamos nada hasta los tres meses. Es más seguro así mi amor— recordó Eda logrando que el suelte un suspiro y se ponga de pie en un instante.

—Esta bien, vamos al trabajo. Te voy a preparar un baño y después preparo el desayuno— dijo él antes de dirigirse al baño.

—¿Un baño? Prefiero tomar una ducha, así no tardaré tanto— dijo ella mientras lo seguía.

—No no Eda, la ducha es peligrosa. Puedes resbalar y caer— contesto el haciendola fruncir el ceño.

—Ayer era igual de peligrosa que hoy, tomare una ducha— dijo ella segura.

Serkan tuvo que dar su brazo a torcer, no podía discutir con ella asi que decidio dejarla darse su ducha y fue directo a la cocina para preparar el desayuno.
Ambos se prepararon entre mimos y caricias, Serkan aún estaba en una nube y quería gritarle a todo el mundo que sería padre.

Los dos llegaron a la oficina, Serkan la arrastro a Eda hacia la sala de reuniones junto a él. Y Engin y Piril llegaron después.

—Buenos dias— saludo Piril tomando asiento al lado de su amiga.

—Buenos dias— saludo Eda.

—Ah, que bueno que están juntos. Podríamos tomarnos un café antes de empezar el día no— sugirio Engin.

—No no no no, nosotros no vamos a tomar café. No, café no— empezó a negar Serkan rápidamente haciendo que su esposa ruede los ojos mientras sus amigos lo miraban confundidos.

—¿Por qué no?— pregunto Piril sin entender a su amigo.

—Porque... Eda y yo, estamos probando no tomar tanto café. Me he dado cuenta que no hace muy bien, y los dos lo tomábamos mucho— contesto él asintiendo, conforme con su mentira.

—Bueno, tu has lo que tu quieras. Pero no tienes que prohibirle el café también a Eda— defendió Engin haciendo asentir a su esposa.

—Somos un matrimonio... y, además la estoy cuidando. Tomaba demasiado cafe— contesto el pelirrojo que ya empezaba a alterarse mientras que Eda ya se había dado por vencida con él, que dijera lo que el quisiera ella no intervendria. 

Serkan en unos siete minutos dijo una sarta de mentiras, solo para tapar la del café. Al parecer Eda y él habían comenzado una nueva dieta pero además el habia leído un artículo de una importante institución científica que no recomendaba el café todas las mañanas. Ni sus amigos y ni siquiera su esposa le seguian el paso, dejaron de escuchar en algún momento.

—Bueno, entendí. Pedimos te para ustedes y café para nosotros— contesto Engin cansado de tantas vueltas. Serkan llamo a Leyla y justo cuando su asistente se paro a su lado Eda empezó a ponerse de pie lentamente. Estaba a punto de darse la vuelta para irse cuando...

𝒀  𝒔𝒊...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora