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Después de dos días seguidos en donde su novio actuaba raro, de golpe, todo parecía haber vuelto a la normalidad. Eda no entendía que era lo que sucedía, intento preguntarselo a Serkan pero el solo daba vueltas al asunto terminando por esquivarlo y cambiar de tema. Incluso intento excusarse con la inauguración del restaurante pero la castaña sabia que nada tenía que ver el proyecto en lo que sea que estaba pasandole a su novio. Pero tampoco queria presionarlo, así que esta mañana después de desayunar, decidió que sería mejor que cada uno fuera en su auto esta vez hacia la empresa así Serkan tendría su espacio y tal vez así podría hablar con ella después sobre lo que sea que le ocurría.

Mientras Eda se preocupaba por darle su espacio, el pelirrojo empezó a preocuparse al ver los pequeños actos de lejanía de su hada. Tal vez no estaba sabiendo como guardar el secreto de la sorpresa y se le notaba demasiado el hecho de que estaba escondiendo algo, tal vez Eda lo había malinterpretado y por eso ahora mismo conducía solo hacia Art Life. Serkan empezaba a preocuparse de verdad, por lo que tendría que apurarse para poder dar su sorpresa antes de que su novia empiece a pensar lo peor.

Ambos estaban preocupados pero ninguno de los dos tenía razón.

Al llegar a la empresa Serkan la espero afuera para así entrar juntos pero antes de que siquiera pueda tomar la mano de su novia, Leyla salía apurada a recibirla.

—Eda, que bueno que llegas. Piril te esta esperando con la señora Idil y no parece estar de buen humor. Ya sabes como se pone— dijo rapidamente Leyla sin siquiera percatarse de la mala mirada de su jefe en ella, que había arruinado su momento.

—Gracias Leyla, ahora mismo voy— contesto la castaña con una sonrisa antes de mirar a Serkan. —Tengo que ir, nos vemos luego— se despidió antes de dejar un beso en su mejilla de forma rapida volviendo a dejar solo al robot que ingreso con el ceño fruncido a su empresa.

El pelirrojo tenía mucho trabajo además, y ella también así que tampoco podía ir a pasar tiempo con ella y eliminar cualquier tipo de pensamiento que Eda tuviera por culpa de sus raras actitudes.

••••••

Ceren daba vueltas en el mismo lugar, mientras se mordia su labio fuertemente. Ya habia pasado demasiado tiempo para ella y tenía miedo de lo que empezaba a pensar. Por esa misma razón no se habia quedado a dormir con su novio la noche anterior, estaba muy preocupada y no sabia que hacer. Lo único que hacía era mirar cada dos segundos el teléfono para cerciorarse de que no era un error, no era una equivocación.

Estaba a punto de largarse a llorar, cuando ingreso su asistente.

—Señorita Ceren, buenos días. Aquí le dejo el expediente que me pidio— informo ella con una sonrisa que Ceren no pudo replicar.

—Gracias, no necesito nada mas— contesto ella, podia sentir el nudo en su garganta que no la dejaba casi hablar.
La chica salio y en cuanto se fue, Ceren pudo soltar una pequeña lagrima antes de marcar el número de alguien que sabía que podía hacer.

Llamada telefónica.
¡Ceren nena! ¿Como estas?— respondio Eda que sostenía su teléfono entre el hombro y el oido mientras terminaba de escribir un correo.

Hola cariño, necesito verte— pidió la rubia rápidamente logrando que el ceño de Eda se frunza ante su tono de voz, y se preocupe por ello.

¿Qué sucedió? pregunto rápidamente la castaña mientras dejaba de teclear solo para prestarle atención a su amiga.

𝒀  𝒔𝒊...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora