-42- Maraton 3/4

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Serkan intentaba meter la llave en la cerradura pero no estaba dispuesto a dejar de besar a Eda asi que se tardo mas de lo normal en abrir la puerta  de su departamento. 

Los dos entraron entre tropiezos al departamento, Serkan cerro la puerta con una sola mano mientras con la otra intentaba quitarle a Eda el abrigo que traia, al mismo tiempo que ella besaba su cuello. Serkan estaba a nada de tomarla entre brazos cuando ambos se vieron interrumpidos por los ladridos de Sirius. 

—Bebé, hola ¿Como pasaste la noche de chicos?— le pregunto Eda olvidandose por completo del pelirrojo mientras Sirius ladraba contento de tener su atencion. 

—No no Sirius, estamos ocupados. Devuelveme a tu mamá— ordeno Serkan haciendo que Eda lo mire con una sonrisa traviesa. 

—Ahora. ¿Soy su mamá?— pregunto Eda enternecida. 

—Claro, eso dijo Murat pero ya dejemos de hablar de eso. Hijo te quedas aqui, tu mamá y yo tenemos cosas que hacer— dijo Serkan mientras intentaba levantar del piso a una Eda que solo lograba reírse de los dichos de su novio.

—Aww esta bien bebé, mañana te saco a pasear— prometio Eda antes de dejar un beso sobre la cabeza de Sirius para volverse hacia su novio y saltar a sus brazos. 

Serkan la recibio llevando sus manos hacia su trasero olvidando el breve momento familiar para volver a concentrarse solamente en su hada. Hizo los pocos pasos que quedaban hasta las escaleras y empezo a subir hasta su cuarto donde una vez mas se deshizo de la ropa de su novia tan rapido como ella intentaba sacarle la suya. 

••••••

—Shh hijo— pidio Serkan a Sirius que se callara. Se habia despertado con Eda sobre su pecho, inundado de su aroma, paso minutos admirandola antes de dejar un beso sobre su frente y levantarse para preparar el desayuno. 

Serkan habia preparado cafe pero habia optado por esta vez un desayuno mas saludable, habia preparado huevo, con algunas tostadas algo liviano para empezar la mañana. 

Cuando estuvo satisfecho con su bandeja bien ordenada subió las escaleras cuidadosamente y llegó a la habitación donde observo a Eda abrazando la almohada que el habia dejado en su lugar.

—Bebé, despierta— dijo él pero la castaña estaba demasiado cómoda como para hacerle caso. Serkan tuvo que intentarlo otras tres veces antes de que ella se quejara de su interrupción y terminara despertándose. —Buenos dias— dijo antes de dejar un beso en su frente mientras Eda se preguntaba así misma cómo podía enojarse con él cuando se comportaba así.

—Buen dia— respondio ella aun con la voz ronca, mientras cubría un poco su desnudez con la sábana.
Después de terminar de estirarse, noto la bandeja en el otro lado de la cama haciendo que su corazón de un vuelco ante su robot detallista. —Hiciste el desayuno.

—Pense que sería un bonito detalle— contesto él mientras dejaba la bandeja sobre las piernas de ella que paseaba su mirada desde el desayuno y su novio.

—Es un bonito detalle mi amor pero... ¿y el verdadero desayuno?— pregunto Eda con una inocente sonrisa mientras el pelirrojo rodaba sus ojos.

—Eda... bebé no podemos comer siempre lo que tu comes, te alimentas muy mal. Este desayuno tiene las calorías necesarias y proteínas, lo mejor para comenzar el dia— explico él mientras Eda empezaba a fruncir su ceño.

—Bien, lo comeré... pero me gusta más mi desayuno— dijo casi en un susurro haciendolo reir.

—Eso es, come y dime que quieres hacer hoy. Tenemos todo el sábado para nosotros solos— declaró Serkan mientras tomaba su café.

𝒀  𝒔𝒊...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora