𝒀 𝒔𝒊...

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Los dias pasaban rapido, tanto como para que sin darse cuenta ya hubiera pasado un mes.

Las cosas marchaban bien, tranquilas. Efe Akman se habia ido, Eda parecia haber solucionado sus asuntos con Selin, Piril y Engin aunque con tropiezos se iban adaptando a su nueva rutina viviendo juntos. Y Eda y Serkan cada dia estaban mas enamorados que nunca, Alpekin los aceptaba, Aydan al menos ya no hacia tantos reclamos, los padres de Eda estaban felices de ver a su hija contenta, y Semiam se habia mantenido al margen desde la ultima discusion con su nieta.

Ceren y Murat tambien iban muy bien, la rubia cada dia que pasaba se enamoraba mas del primogenito Bolat, y viceversa.

Lo mismo estaba pasando con Melo y Kaan aunque claro, primero tuvieron que pasar por momentos dificiles, despues de todo Kaan le habia ocultado informacion importante a Melo, informacion que le llego a ella gracias a sus amigas y a su cuñado, Kaan pidio que lo perdonara, le conto absolutamente todo desde su punto de vista y se esmero por compensar a Melo que despues de la tercer cita mas romantica de toda su vida decidio darse una nueva oportunidad con el hombre que la habia enamorado a primera vista. Aunque no todo era de color rosa como ella se lo esperaba, ahora Melo sabia sobre la fatidica relacion de amistad entre su novio y su cuñado y en su interior deseaba poder repararla pero las pocas veces que habia tocado el tema con su dada, ella le especifico que por el momento, Serkan no estaba dispuesto a un tipo de reconciliacion, y a decir verdad Kaan tampoco tenia pensado nada por el estilo, sino todo lo contrario, seguia con la idea de competir hasta por lo mas minimo con Serkan.

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—Buenos dias— susurro Murat en el oido de su novia haciendo que esta se retuerza sobre las sabanas queriendo evadir el sonido. —Ceren, mi amor— la llamo Murat una vez mas escuchando como respuesta un leve "shh" que lo hizo ensanchar su sonrisa.

Hace ya dos semanas que Ceren y Murat no podian separarse el uno del otro, tenian que dormir todas las noches juntos. Si no era en la casa de él, era en el departamento de ella pero siempre tenian que dormir juntos, desayunar juntos y despedirse para ir al trabajo donde se la pasaban enviandose mensajes y llamandose en sus ratos libres.

Murat queria tenerla cerca suyo todo el tiempo, necesitaba sentirla en cada momento. Se sorprendia el mismo de lo mucho que provocaba Ceren en él, hace tanto tiempo que no se enamoraba que ahora, con la rubia acostada en su cama, era todo mas intenso, mas vivo, mas adictivo.

Para Ceren tambien fue toda una sorpresa, en un principio despues de que ella y Murat decidieran comenzar la relacion, tenia miedo ya que habia veces en las que aun pensaba en Ferit. Y en aquel momento de verdad se veia enamorada de él, creyendo que con el mayor de los hermanos Bolat solo era el placer lo que la llamaba. Pero cuan equivocada estaba, solo le hizo falta una cita, una sola cita que duro desde la noche hasta el amanecer, una cita que solo tuvo coqueteo, insinuaciones, chistes, y buenas conversaciones triviales. Eso la hizo caer completamente por el empresario, al terminar aquella cita, cuando el la dejo como todo un caballero en la puerta de su departamento sin esperar invitacion de entrada... Ceren supo que definitivamente estaba equivocada, nunca sintio algo asi con Ferit, solo fue su imaginacion la que le hizo creer que eso podia prosperar. Y una vez que acepto que solo Murat estaba en su vida, fue feliz desde entonces, Murat la hacia feliz.

—Deja de mirarme— susurro Ceren que aun con sus ojos cerrados sabia perfectamente que su novio la miraba.

—Lo dejare de hacer cuando te levantes, ya prepare el desayuno— contesto Murat logrando asi que la rubia abra un solo ojo para verlo.

—Esta bien, solo porque tengo que ir a trabajar. Y si llego tarde mi papá me mata— comento ella mientras se estiraba e intentaba levantarse de la comoda cama de su novio.