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Serkan llego a la oficina nuevamente justo para la hora de almorzar, y apenas al entrar ya se encontro con Eda que iba de camino hacia el area comun. 

—Señor Serkan— saludo ella con una sonrisa. 

—Señorita Eda, que coincidencia mas grata— contesto el formalmente haciendola reir. 

—¿Como te fue en tu reunion?— le pregunto Eda notando al instante como la expresion de su novio cambiaba, pero aun asi trataba de mantenerse con una sonrisa. 

—Me fue... muy bien— respondio el pelirrojo sonriendo un poco. 

—Entonces... tenemos un nuevo, proyecto- pregunto Eda viendo como esta vez el esquivaba su mirada mientras balbuceaba. 

—Emm si y... no pero no te puedo contar mucho al respecto aun— dijo el haciendola fruncir un poco su ceño antes de asentir. 

—Esta bien— contesto Eda, pero Serkan noto que habia metido la pata. Era obvio que Eda notaba que mentia, pero no queria estar mal con ella asi que sin importar la mirada de los demas, la tomo de la cintura haciendo asi que los ojos cafes repararan en el nuevamente. 

—¿Por que no almorzamos juntos?— pregunto el suavemente logrando sacarle una pequeña sonrisa. 

—Suena bien. 

—Bien, porque te he extrañado mucho. No te he visto en todo el dia y ya necesitaba tenerte cerca— confeso Serkan logrando asi relajarla por completo entre sus brazos. 

—Yo tambien te extrañe— contesto Eda, dejando a un lado sus preocupaciones.

—Bien, entonces pidamos comida y almorcemos en la oficina. Te necesito para mi solo aunque sea unos minutos— dijo Serkan haciéndola reír.

—Y yo te necesito a ti— susurro ella antes de darse la vuelta para subir las escaleras mientras Serkan seguía cada uno de sus movimientos con la mirada.

Para cuando llegaron a la oficina, Serkan ya le había enviado a Leyla un mensaje para que mandara a pedir el almuerzo y se lo trajeran ahí mismo. Así que solo le quedó poner seguro a la puerta antes de volver a posar sus manos en las caderas de Eda atrayendola hacia él para al fin poder besarla.
Se besaron por un largo tiempo antes de que Serkan ocultara su rostro en el cuello de Eda inhalando así profundamente su aroma.

Serkan aún no podía definirlo claramente, pero le encantaba sentir su aroma. No el de sus perfumes, suaves y naturales que también eran deliciosos. Pero Eda tenía... su propio aroma, era adictivo para él. Pensando en ello podía decir que eran sus feromonas, creadas exclusivamente para atraerlo hacia ella y volverlo completamente loco. 

—¿Como fue tu dia?— le pregunto el mientras la veia devorar la hamburguesa que Leyla habia pedido para ella, mientras que el tenia su plato perfectamente balanceado entre carne y ensalada. 

—Muy bien, con bastante trabajo. Ya sabes, tengo que terminar el campo de golf cuanto antes. Es con el que mas prisa tengo— admitio Eda mientras se llevaba una papa frita a la boca antes de inclinarse sobre el sofa para darle una a el. 

—Eda— se quejo Serkan haciendo a su novia rodar los ojos. 

—No te vas a morir por comer una papa frita, anda— pidio Eda logrando que su novio por fin abra la boca. —¿Como no te pueden gustar? Son lo mas delicioso de este planeta— dijo ella al mismo tiempo que buscaba una mas con la mano sacandole una sonrisa al pelirrojo. 

—Lo mas delicioso, eso es porque no le das muchas oportunidades a mis platillos— dijo Serkan, desde que estaban juntos ambos habian adquirido cierto equilibrio en el aspecto de la comida. A Eda le gustaba mucho cocinar sin pensar en las calorias, asi que algunos dias podia hacer tranquilamente una ensalada y al otro estar preparando una deliciosa pizza. Serkan habia tenido que acostumbrarse a eso, gracias a ella ahora le dedicaba una media hora mas al ejercicio pero Eda tambien habia dado su brazo a torcer dejandolo a el cocinar cosas saludables en medio de las suyas que eran casi siempre... no tan saludables. 

𝒀  𝒔𝒊...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora