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Ya era otro día, tres de los cuatro socios de Art Life le habían enviado un mensaje a Eda avisando la hora de la reunión.
Por suerte era a la mañana bastante temprano así que Eda pensaba que para el mediodía ya estaría libre para almorzar con sus amigas que en estos precisos momentos dormían placidamente por llegar tan tarde anoche.

Ahora mismo Eda iba hacia el lobby donde tendrían la reunión ya que al ser tan temprano no había muchas personas.

Al llegar al lobby, Eda vio solo a una mujer sentada en uno de los sillones. Era linda y parecía simpática ya que saludo a Eda cuando entro en su campo de visión.
Las dos empezaron a mirarse hasta que sonrieron entendiendo frente a quien estaban.

—¿Señora Birol?— pregunto Eda con una sonrisa que fue correspondida.

—Ay señorita Eda— saludo la señora Birol poniendose de pie para sentarse más cerca de Eda.

—Eda esta bien señora Birol— dijo la castaña con una sonrisa.

—¡Que bueno conocerte! Y que bueno que hayas llegado antes que mi marido... bueno ex marido ya casi— exclamó la señora Birol rodando los ojos.

—Ya se lo dije ayer, tiene que enfrentarlo— le recordó Eda convencida.

—Es que tu no lo conoces Eda, de verdad ese hombre. No se como pase veinte años con él— se quejó la señora Birol negando.

—¿Veinte años?— pregunto Eda sorprendida.

—Veinte Eda, veinte largos años al lado de un hombre que es como... un auto— dijo exasperada la señora haciendo reir a Eda.

—Creo que la entiendo.

—¿Enserio?— pregunto la señora Birol sorprendida.

—Algo así, digamos que no pase veinte años con el pero le aseguro que unas semanas me bastaron para saber que es un robot— dijo Eda sacandole una carcajada a la señora Birol.

••••••

Por otro lado estaba Serkan que se había despertado muy temprano por la mañana pensando en Eda.
Tenia que solucionar su situación, lo que más deseaba en ese instante era volver a probar sus labios. Necesitaba tenerla cerca a ella y a su aroma.

Estaba intentado pensar la mejor forma de disculparse sin perder el control cuando recibió una llamada del señor Birol informando que ya iba hacia el lobby por lo que Serkan se encaminó hacia allá también y por casualidad ambos se encontraron en el ascensor.

—Señor Birol— saludo Serkan mientras estrechaban manos.

—Buenos días señor Serkan— saludo el hombre mientras ambos miraban al frente esperando que las puertas del ascensor vuelvan a abrirse.

—No se como logró converncerla de ir— admitió el señor Birol hablando claro de su esposa.

—De hecho no lo hicimos ninguno de nosotros— se confeso Serkan recordando a la castaña que lo había conseguido, dejando confuso al señor Birol.

—¿Entonces como lo consiguieron?— volvio a preguntar.

—Digamos que conozco a una mujer bastante parecida a su esposa— contó Serkan con una sonrisa.

-—¿Oh enserió? Creí que no había mujeres parecidas a mi esposa. De verdad, a veces creo que esta loca, es impulsiva y cuidado de que le vaya a pedir algo del modo incorrecto porque creerá que le estoy dando una orden y no lo hará jamás— dijo el señor Birol recordando la pequeña discusión que tuvo Serkan anoche con Eda haciéndolo reír, para sorpresa de ambos.

𝒀  𝒔𝒊...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora