𝒀 𝒔𝒊...

EPILOGO.

2 AÑOS DESPUES

Una noche hermosa, de éxito para Serkan y Mustafa. El décimo restaurante de la cadena de los Yrildim ya se encontraba abierto al público. Y habian tenido que viajar a Italia para ello, era el cuarto restaurante que hacían fuera de Turquía. El proyecto de Mustafa había sido todo un éxito personal para él así como para su yerno.

Y a Eda, Aylin y Aydan no se les ocurrió mejor idea que invitar a todos para pasar unos días en Italia, incluso a Melo y Kaan que hace poco habían llegado de su luna de miel.

Al final, Kaan se demoro un poco más en pedirle matrimonio a Melo, decidió esperar un tiempo más pero cuando pasó un año ya le pareció demasiado y decidió declararse.
A partir de entonces la relación del pelinegro con Serkan se habia empezado a pulir, de a poco se iban acercando el uno al otro uniendo también al grupo como antes, a Engin que ahora también era papá. 

Nueve meses después de que nacieran los mellizos Engin y Piril le dieron la bienvenida a su hijo, Can. El pequeño era idéntico a Engin, hasta el momento no parecía muy parecido a su madre.

Ceren y Murat viajaron junto con el pequeño Ercan que ya tenía dos años y medio, y con su pequeña Hande que contaba con sólo unos nueve meses.

Una invitada especial fue Fifi, después de trabajar un año en Londres, la pelinegra volvió a Estambul para reencontrarse con sus amigas y conocer finalmente a sus sobrinos.

Y la única ausente en el gran evento para Art Life, fue nada más ni nada menos que la mismísima socia de la oficina. Selin no había podido asistir porque se encontraba en Dubai, la rubia después de aquel babyshower decidió seguir en contacto con Deniz aunque el castaño poco tiempo después volvió a irse de su tierra natal. Pero ambos se llevaron una sorpresa cuando por azares del destino volvieron a encontrarse en Suiza.
Deniz tenía razón, Selin le había agarrado el gusto a viajar, y ahora recorrían el mundo juntos. Con unas breves visitas a Estambul para que Selin verifique personalmente que todo iba bien en la empresa y en la oficina.

Y... para Eda y Serkan estos dos años habían sido un sueño. Un sueño en el cual ellos tenían una hermosa familia, en una perfecta casa. Un robot y una hada.
Ya los mellizos habian cumplido hace poco los dos años, y Serkan y Eda no podían estar más embobados con ellos. El pequeño Bora terminó siendo un hermoso castaño con ojos marrones y brillantes como los de su madre, pero aun asi podías ver el carácter de Serkan emanar de él así como los gestos e incluso tenía similitudes faciales con su padre. Mientras que la pequeña Alya era un pequeño calco de su madre, con la única diferencia de que contaba con un par de ojos multicolores, pero también era una pequeña hadita que amaba la naturaleza, era la cosita más tierna que tenía a su padre completamente a sus pies.