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Un mes y medio después, y un super evento programado para la tarde de un viernes.
El babyshower de una Eda con unos ya ocho meses de embarazo se realizaría.
Como siempre ella había optado por hacer algo pequeño pero aun asi no pudo no invitar a la gente del trabajo, después de todo ellos vieron a sus bebés crecer dentro de ella en todo este tiempo, y de una u otra forma habían sido parte de su relación con su robot.

Había invitado a sus amigos también, contando con la presencia especial de un viejo amigo de la infancia que estaba de paso por Estambul. Deniz, era uno de sus más viejos amigos, él había conocido a Eda en la primaria y desde entonces se habian vuelto inseparables, él era un nómada de alma, no podía quedarse en un solo lugar y en cuanto tuvo la oportunidad empezó a viajar sin mirar atrás mientras sus amigas empezaban a buscar un futuro laboral.

—Sigo creyendo que estos quedarían mejor— susurra Aydan. Ella y Aylin se habían encargado de decorar levemente el hermoso jardín de la nueva casa de sus hijos.

—Mamá, esta todo precioso. Lo hicieron muy bien— alago Serkan mientras veia a su esposa que con un hermoso vestido materno andaba arreglando unas flores de su jardín siendo seguida por Sirius.

—Bebé, creo que ya es suficiente. Puedes ocuparte de eso otro dia— sugirió el pelirrojo, sabia que Eda se cansaba mucho últimamente y ella aún así insistía en seguir haciendo todo lo posible, en la casa y en la oficina.

—Serkan tiene razon pequeña, ven aqui— dijo Mustafa. Los abuelos de los mellizos habian sido los primeros en llegar a la casa. Después de todo Aydan y Aylin eran las organizadoras.

—Ven aqui a ver a tu sobrino— canturreo Murat que apenas llegaba, logrando que Eda se aparte enseguida de sus flores para caminar lo más rápido posible hacia el pequeño Ercan.

—Claro ve con él, no veas a tu fabulosa amiga que trajo todos estos regalos para mis sobrinos— se quejo Ceren mientras se inclinaba para tocar el vientre de su amiga.

—Si te consuela, no es por él.  Es por mi pequeño y hermoso sobrino— contesto la castaña haciendo un puchero.
Eda tomó enseguida al pequeño en sus brazos mientras Serkan se acercaba a ella. Murat y Ceren aprovecharon para ir a saludar a los padres de Eda y a los padres de los Bolat.

—Imaginate cuando tengamos que turnarnos para cargar a los nuestros— susurro Serkan en su oido mientras la rodeaba con sus brazos sacandole una sonrisa.

—Ya no veo las horas de que eso pase. Aunque sabes cuanto pueden llegar a llorar nuestros bebés, creo que ni siquiera podremos dormir por un buen tiempo— dijo Eda girando levemente su rostro para verlo.

—Pues seré la persona sin dormir más feliz. De verdad, ni siquiera puedo creer que haya esperado estas treinta y tres semanas— exclamó Serkan haciéndola reír.

Desde que el pelirrojo se habia enterado del embarazo había sido un impaciente con todo, pero más aún con la llegada de sus hijos aún cuando Eda le explicó al igual que el doctor, que no había nada que hacer. Para que los bebés nacieran a termino, de una forma saludable él tendría que esperar y saber sobre la salud de sus hijos era lo único que lo mantenia tranquilo. Pero se emocionaba con cualquier cosa referida a ellos al igual que Eda. Los dos se volvían locos cuando empezaron a preparar el cuarto para los mellizos, cuando compraban las cosas que faltaban, cuando sentian una patada, veian una ecografia o elegían los nombres.

—Falta poco mi amor, ya no falta nada. Cuando nos demos cuenta, ellos ya estarán con nosotros— suspiró Eda mirando a Ercan.

—Si, lo se. Ya los quiero ver, quiero ver a quien se parecen. Aunque me encantaría que se parezcan a ti, ya te lo había dicho— dijo él mientras miraba a detalle a su sobrino.

𝒀  𝒔𝒊...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora