—Tiene que ser uno rápido antes de que Hoseok venga a buscarnos y... oh, mierda, cariño.
Jungkook se sentía al borde del delirio con Ellaí besando y mordiendo un poco agresiva su cuello, sus clavículas y todo pedazo de piel desnuda que se encontraba antes de regresar a sus labios. Sostuvo firme las ansiosas caderas que se movían sobre su notoria erección y casi se quejó en voz alta porque no podían tomarse su tiempo para apreciar a profundidad el cuerpo del otro.
Ellaí bajó de su regazo para desabotonar sus jeans y Jungkook hizo lo mismo, bajando la prenda junto al bóxer hasta la altura de sus rodillas, jadeó en voz alta apenas su omega retomó su puesto y sin tener que preocuparse por si estaba lista o no, la hizo sentarse, introduciendo todos sus centímetros, la calidez de sus paredes le recibieron de maravilla deslizándose perfectamente gracias al lubricante natural de Ellaí, la excitación presente desde hace algunas horas.
La charla que habían tenido durante todo el rato mientras se daban miradas llenas de picardía había logrado encender ambos cuerpos, terminaron llamándose y escapando de las responsabilidades para darse una probada y atenderse cómo era debido.
Jungkook se levantó, dando dos pasas hasta encontrar soporte en la pared, Ellaí se aferraba a sus hombros y besaba su mentón de manera perezosa, sobrellevada por el placer que le provocaban las estocadas agresivas y desesperadas de su alfa, ella era tan ruidosa, solo encendía a Jungkook hasta el tope del desespero y ansias.
—Grita más fuerte, anda— golpeaba repetidas veces el punto exacto de su delire, sus uñas enterrandose en los fuertes hombros en un arranque por soportar las sensaciones arrasadoras— n-nadie te escucha aquí, solo yo. Me encanta oírte...
—Jungkook... alfa...
—Mi omega...
Dio varios empujones más, sintiendo y viendo a Ellaí derretirse en sus brazos totalmente satisfecha, luego fue su turno para alcanzar la cúspide del placer y se unió a ella, deshaciéndose en jadeos y besos desordenados, sin ritmo, solo conclusiones.
Al final, Hoseok los mandó a ambos a casa porque ninguno estaba lo suficientemente concentrado en las tareas del día por estar coqueteando entre ellos descaradamente, así que después de confirmarle que abusaría de lo servicial que era Namjoon y ambos se encargarían de todo allí, Jungkook y Ellaí abandonaron el lugar entre jugarretas, besos rápidos y sonoros, según ellos disimulando lo tontos que estaban por el otro cuando todo el que pasaba por su lado podía notar lo perdidamente enamorado que estaba su líder desde la llegada de aquella para nada usual omega.
Dejó de ser un secreto que Ellaí no se ajustaba a la imagen de omega a la que todos estaban acostumbrados y aunque muchos tenían opiniones negativas al respecto, Debby, la esposa de Hoseok y reciente amiga de Ellaí, se encargaba de mandar a callar a todo el que tuviese malos comentarios sobre la mujer del líder.
A Debby la respetaban mucho en el clan, no solo por ser la esposa de Hoseok quien era la mano derecha del líder, también porque era una mujer que no se quedaba callada frente a las injusticias de todo tipo, así que no le temblaba la lengua a la hora de defender a Ellaí. Ella y Jihyo eran una dupla a la que temer.
—Me daré una ducha rápida— dijo Jungkook mientras corría hasta el baño— huelo a un montón de aromas combinados y lo odio.
—¿Quieres que te prepare algo?
—¡Carne!
Eso era fácil. Se encogió de hombros y fue hasta la cocina, tarareando una canción que había escuchado por ahí y se había quedado atascada en su cabeza, comenzó a hablar sola, o eso parecería para el resto, pero de verdad estaba comprometida con el asunto de hablarle a su loba sobre cualquier cosa y familiarizarse con su parte animal, de esa manera avanzar aún más con Jungkook.
Incluso se reía de sus propios comentarios ocurrentes.
Jungkook terminó rápido y se unió a Ellaí en la cocina, se quedó mirándola y arqueó ambas cejas.
—Tienes que secarte el cabello o vas a chorrear de agua todo el suelo, agh, me dan ganas de golpearte a veces— tomó su rostro— ¿Qué? No me distraigas, sécate el cabello.
Mordió su pulgar y regresó a lo suyo, Jungkook chasqueó la lengua y no dijo nada, pero permaneció sonriente, no pensó que Ellaí estuviese haciéndole caso en eso de hablarle a su loba, pero por la apariencia de sus ojos, podía sentirse contento de afirmar que si lo estaba haciendo y que a su parte animal le agradaba que lo hiciera.
Los ojos de Ellaí se habían tornado del color del sol, muy dorados, muy salvajes. Supuso que ese era el color de la mirada en su lobo y se la había regalado a Ellaí como un agradecimiento por finalmente tenerla en cuenta en su vida.
ESTÁS LEYENDO
BETRAYED [1 y 2]❝jjk
FanfictionEn un intento por sacar información sobre el alfa Jeon, Ellaí termina descubriéndose a sí misma. -OMEGAVERSE. -Hetero.