BETRAYED [1 y 2]❝jjk

18❝

Yoongi se dejó caer suavemente sobre uno de los sillones en su palacio, Kaira llevaba un buen rato dormida gracias a que él había impregnado muy bien su aroma en todo el lugar y eso la arrullaba, la ayudaba a descansar sin gran dolor.

El celo de Kaira al fin había terminado y dió todo de si para no sucumbir a la tentación de ir más allá de unos besos y caricias, pues al entrar en esa época, nunca se es consciente totalmente de lo que está pasando por lo que no se puede dar consentimiento, así que Yoongi no hizo más que acompañarla.

Luego, habían hablado. Ella le contó de dónde venía, quién era y a qué exactamente se dedicaba antes de haber llegado al clan Jeon.

—¿Quieres regresar con ellos?

—¿Quieres que me vaya?

Yoongi no podía creer lo que había salido de su boca.

—No quiero. Quédate aquí y algo podemos hacer respecto a ellos.

Entonces ahora veía al techo y recordaba aquella falda con dos aberturas que le permitan a Kaira enseñar sus piernas, torturándose él solo.

—Yoongi.

La miró, entendía que el asunto de la desnudez era algo totalmente normal para ella y los suyos, pero para él seguía siendo un poco alarmante que ella caminará por todas partes viéndose así, sin nada puesto.

—Existe algo bonito llamado ropa interior.

—No me gusta, es incómodo para mí usarla. Me desperté y no estabas.

—Quería darte tu espacio, creí que estabas cansada y yo tenía asuntos que atender.

Kaira lo miró y negó.

—Voy a irme.

—¿Ah? ¿Por qué?

—Porque tu actitud me dice que no estás a gusto conmigo cerca. No estamos enlazados aún cuando se supone que si encuentras a tu predestinado ya debería haber sucedido, pero está bien, supongo que las cosas suceden distinto para ustedes en comparación a nosotros. Voy a irme y nada malo sucederá, así que estaremos bien cada uno por su lado.

No prestó atención a la mirada filosa que el alfa le dedicó, dió media vuelta y regresó a paso lento a la habitación, Yoongi por supuesto que la siguió y le arrebató la ropa, volviendo a tirarla lejos de su alcance.

—Disculpa, no me quedó claro— habló, el tono en su voz había cambiado y se escuchaba un tanto grave, macabro— he sido cuidadoso, amable, atento, te he dado tu espacio y he cuidado de ti la última semana sin descanso alguno, mostrando mi obvio gusto porque estás aquí y tú acabas de decir que no te gusta mi actitud solo porque has despertado y yo no estaba en la cama...

—No se trata de-

—Vuelve a la cama. Acuéstate.

De hecho, Yoongi tomó su mano y con muy poca fuerza, pues aunque estuviese enojado hasta la médula sabía sus límites y no pretendía herirla, la llevó hasta la cama, haciéndola acostarse, la expresión en su rostro de total confusión por su arrebato.

Le abrió las piernas y se acomodó entre ellas, su camiseta le hizo compañía a las prendas de Kaira en el suelo.

—Voy a darte tu mordida, grande y dolorosa para que no vuelva a pasarte por la cabeza la idea de irte y abandonarme— le dijo, serio, Kaira enrojeció y sonrió— ¿Se entendió o tengo que repetirlo?

—Claro como el agua.

Kaira se había dado cuenta de que las omegas del clan Min eran bastante risueñas alrededor de su alfa y si bien ella no se consideraba celosa antes, pues ahora sí que lo podía ser.

Habían dos chicas que llegaban hasta la puerta del palacio a traer supuestos informes que Yoongi revisaba todas las mañanas, ese día, Kaira los recibiría por él, así que mientras Yoongi se daba una ducha, ella abría las puertas de par en par y sonreía hipócrita a las dos chicas que claramente se decepcionaron por no ver al líder.

—Buenos días. Por favor díganme en qué puedo ayudarles, oh, eso es para Yoongi— tomó la carpeta— yo se lo daré, gracias y lindo día.

Y con absoluta suavidad cerró las puertas en sus caras, solo para que no pensaran que era grosera. Se giró y chocó con el pecho del mencionado alfa.

Yoongi le sonreía burlón.

—¿Qué fue eso?

—Nada, gente. Te mandan esto, por cierto.—le entrega, pasando por su lado— ¿Quieres desayunar? Te preparo algo.

—Kaira ¿por qué has sido grosera?

—No lo he sido, me ofendes.— se detuvo, volteó—Bueno, tal vez un poco, pero es que me caen mal tus omegas informantes o lo que sea, atrevidas.

—¿Y mi beso de buenos días?

—Mañana.

Yoongi resongó todo el tramo hasta la cocina, ni siquiera había sido su culpa y tenía que pagar por las cagadas de otros.

—¿Te he dicho que eres demasiado tosca conmigo a veces? Porque lo eres.

—Pues cambia de secretarias y quizás me dé por ser dulce.

—Vale, lo haré.

Lo miró sospechosa.

—¿Seguro?

—Seguro. Después de mi beso.

La omega soltó todo sobre el mesón y se acercó, juntando su boca a la del ansioso alfa que no desaprovechó la oportunidad para tenerla pegado a él. Jadeó al separarse.

—Ahora ve y hazlo.

—Ya mismo.

Parpadeó. Se sintió bastante dominado.