BETRAYED [1 y 2]❝jjk

15❝

Yoongi bajó del auto en la entrada al clan y el sonido de la puerta abriéndose y cerrandose despertó a ambos. Aún quedaba un poco de la sustancia en el sistema de Ellaí, pero nada grave, podía moverse por si misma.

Su derecha acunó el rostro de Jungkook quién no podía dejar de mirarla y sentirse afortunado por el amor que tenía, apartó su cabello fuera del rostro un poco hinchado por las lágrimas y se impulsó para unir sus labios, Jungkook la recibió dichoso y feliz, con el deseo de fusionarse y ser uno solo para no separarse nunca más. Nunca de nuevo.

—Te amo— soltó Jungkook primero, no podía contener esas palabras mucho más tiempo— te amo tanto, Ellaí.

—Yo te amo a ti.

—No puedo creer que me has esperado, yo... lo lamento tanto, jamás quise dejarte. Debió ser tan difícil.

—No hablemos de eso, ya no importa— ambos observaron a Yoongi, de pie esperándolos—Vamos antes de que pierda la paciencia porque últimamente lo hace muy seguido.

Le hizo caso, por supuesto todo el mundo se armó una fiesta al verlo y pasaron varios minutos en los que Jungkook no pudo negarse a saludar a todo el que lo interceptaba y aunque estaba cansado, comprendía la emoción de muchos.

Sobre todo la de Hoseok que se le lanzó encima dejándolo sin aire y Jihyo uniéndose a él, por supuesto perdió el equilibrio y cayeron estrepitosamente al suelo, Ellaí se reía por las acciones de ambos y corría a abrazar a Namjoon pues lo vio a lo lejos, sus ojos observaron detrás de él y se asustó cuando vio a Songji saltar a la espalda de Namjoon y gritar eufórica.

—¡Sorpresa!— gritó, bajando, Ellaí pasmada en su lugar— quería que fuese un poco más emocionante pero... es que no me aguanté.

Songji se acercó, tomó sus manos y le miró contenta, como siempre era ella, llena de positivismo y alegría. Se abrazaron, expresando lo mucho que se extrañaron y añadiendo a Namjoon al abrazo, haciéndolo sentir completo con ambas niñas en sus brazos. Él había batallado tanto para hacerlas crecer como personas de bien, personas fuertes.

Lo había logrado con éxito.

—Songji.

Ella volteó, asombrandose y mostrando sus respetos al alfa que una vez había aceptado ayudarla.

—Alfa Min— estrechó su mano— aunque no lo crea, me hace muy feliz verlo.

Rieron.

—No te preocupes, a mí me causa incluso alivio. Por años fuí tu asesino, al parecer, nunca creí que me alegraría de ver a alguien vivo.

—Eso fue muy sanguinario, Yoongi.

—Ya me conoces, Ellaí— sonrió— ¿Y Kim?

—Creo que sigue en mi casa, puedes ir a ver.

—Bien, tengo que hablar con ese tonto.

Seokjin abandonó el palacio apenas la pareja regresó pues solo estaba ahí cuidando a Haru y aunque le mataban las ganas de ver la reacción, sabía que tenía que darles privacidad.

A Jungkook comenzaron a sudarle las manos y las limpiaba en sus pantalones cada dos segundos cosa que Ellaí notó y sonrió enternecida.

—E-Espera, iré a lavarme primero.

—¿Para qué? Estás bien así.

—Estoy sucio, no voy a cargar a la bebé así—tragó— espérenme en la habitación, termino rápido y voy.

Ellaí aceptó, solo porque entendía sus nervios así que mientras él se preparaba física y mentalmente para conocerla, ella fue corriendo a buscarla, la encontró de pie en la cuna esperando por quién sea que llegase a su encuentro y apenas vio a su mamá, dió saltos y gritó emocionada porque hace mucho tiempo no la veía, la cargó y besó sus mejillas regordetas y le permitió olfatearla. Seguro había notado el aroma de Jungkook pues pataleo identificandolo, se veía sorprendida pues nunca lo había sentido tan intenso.

—Te dije que traería a papá— le susurró, ella solo podía mirarla con sus ojitos gigantes— y está nervioso por conocerte.

Caminó con ella hasta la cama y la sentó, Haru se levantó y caminó patosa hasta caer en su pecho, continuaba oliendola, muy curiosa porque su mamá tenía aromas extras que también conocía, pero no entendía muy bien porque los tenía ella.

Jungkook quién había corrido apenas estuvo listo, se detuvo en el marco de la puerta casi cayendo al suelo y apenas sus ojos encontraron los de Haru, su mundo se detuvo completamente.

Haru lo observó curiosa, no reconocía ese rostro muy bien. Jungkook terminó de entrar a paso de tortuga hasta sentarse a los pies de la cama, todos sus movimientos siendo seguidos por la mirada de Haru. Ella observó a su mamá y luego volvió con él, gateó un poco, sentándose antes de llegar a su lado para analizarlo nuevamente.

El alfa sentía que se moría solo viéndola existir, estiró los brazos, Haru vió a sus manos y retomó su gateo, ella nunca rechazaba dejarse cargar de alguien, se puso de pie sosteniéndose de las manos de Jungkook y finalmente estuvieron viéndose uno al otro de cerca.

Haru sonrió, volvió a dejarse caer en el pecho de Jungkook y abrió mucho los ojos cuando pudo olerlo. Hizo un sonido y señaló a la camiseta negra en su cuna, Ellaí rió asintiendo.

—Es papá, reconoces el aroma de papá.

Y Haru se soltó a reír contagiando a ambos, se aferró al cuello de Jungkook, viendo a su rostro como si fuese una maravilla. Él intentaba con todas sus fuerzas no llorar porque ya Ellaí lo había advertido sobre lo que pasaba si Haru veía a alguien llorando.

Así que abrazó su pequeño cuerpo y se permitió ser muy feliz.