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Jungkook lo perseguía sin descanso alguno, Minho jamás había visto en su vida la forma animal de ese alfa, la de Min, Kim, ambos lobos eran familiares para él ¿Pero Jeon? Jamás, era la primera vez que veía a un lobo gris con ojos rojos, no tenía s...

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Jungkook lo perseguía sin descanso alguno, Minho jamás había visto en su vida la forma animal de ese alfa, la de Min, Kim, ambos lobos eran familiares para él ¿Pero Jeon? Jamás, era la primera vez que veía a un lobo gris con ojos rojos, no tenía sentido aquella genética.

Era la primera vez que lo veía y estaba escapando de sus garras en vano, porque aunque su ego fuese tan alto, no poseía las capacidades físicas para alejarse de Jungkook, no en ese estado de cólera máximo, maldijo en su interior porque había llegado en el momento menos apropiado.

Casi pudo tener a Ellaí de regreso y todo se vio frustrado, estaba harto, tanto tiempo esperando para poder tomarla y ahora tenía que pensar en otra estrategia, esperar más tiempo.

Se detuvo cuando se dió cuenta de que ya no lo perseguía, había logrado perderlo, sonrió victorioso pues nadie podía compararse en rapidez a su persona, sonrisa que no le duró mucho cuando sintió los dientes filosos clavarse en una de sus piernas, gritó cayendo al suelo y siendo arrastrado por el lobo que había comenzado a correr de regreso al punto de dónde había escapado en primer lugar.

Su rostro se raspó debido a la constante fricción contra el suelo, tosiendo y quejándose cuando fue soltado de forma brusca. Jungkook retomó su apariencia humana y se acercó, bufando por el triste intento de huida al arrastrase lejos de él, le tomó del cabello y lo levantó del mismo.

Tres años de Ellaí llorando por él.

Lo estampó de nuevo y de cara al suelo, le giró. Su pie presionó la pierna previamente atacada a mordiscos.

Tres años sin saber nada.

Escuchó el crujir del hueso haciendo armonía con su grito y llanto, Jungkook también lloraba en su interior por toda la frustración con la que cargaba su corazón en ese momento y lo hacía con las imágenes de todo lo que se perdió rondando en su cabeza.

¿Consideración con tus iguales? Ese hombre era una vergüenza para la raza alfa. Le pateó, enviándolo lejos, su cuerpo chocó contra una camioneta desconocida para él. Se tomó el tiempo de caminar lento y llegar, suspirando pesadamente, sus manos estaban manchadas con su sangre. Lo odiaba.

—¿Por qué sigues respirando?— preguntó en murmullos, tono de voz neutro y mirada vacía—¿No estás lo suficientemente roto aún? Supongo que no sientes dolor. No sientes dolor pero si que amas que otros lo vivan en carne propia bajo tus manos. Cínico.

Minho tampoco sabía cómo podía continuar con los ojos abiertos, menos sabía cómo aún pasaba aire por sus pulmones. Ni siquiera le salía voz para rogar por su vida.

Jungkook abrió la puerta trasera de la camioneta, podía percibir un poco del aroma de Ellaí en ella, lo que significaba que había estado allí, lo confirmó viendo a su mochila y encontrando las espadas de Namjoon. Aquellas que todo lo cortan de una pasada. Las tomó y se las enseñó a Minho.

—Estas dos solían ser las intocables de Namjoon, pero por supuesto que él las cedería a quien creía era su única hija viva para que pudiese cuidar de si misma— contó— porque Namjoon es un excelente padre y confía en las habilidades de sus chicas así de tanto.

Su mirada se paseó por el sitio, vio un árbol de tronco grueso y lo eligió como tumba, lloverá y toda la sangre derramada no será más que un grato recuerdo para él, un recuerdo del día en el que cumplió su promesa y libró a su omega de las horrible pesadillas dónde este hombre era protagonista y causante.

Con el filo tocó su garganta.

—¿Algo que decir?— no le dió tiempo, pues continuó hablando—Yo si. Me alegra que de los dos, yo sea el único que al morir, tiene posibilidades de reencarnar y mi alma buscará y encontrará la de Ellaí generación trae generación. Cosa que tú no podrás experimentar ni siquiera por suerte, porque hasta aquí ha llegado tu legado.

Lo que hizo después, a parte de ser el final tan esperado, también fue el asesinato más aterrador que alguna vez Jungkook había cometido, decapitó a Minho y no contento con ver su cabeza desprendida del cuerpo, tomó ambas partes y las dejó colgando en lo más alto del grueso tronco.

Allí se quedó unos minutos viendo la sangre correr, caer y una vez llegada al suelo, salpicar sus zapatos.

Y Jungkook lloró otra vez, pues la frustración no se iba con nada.

Y Jungkook lloró otra vez, pues la frustración no se iba con nada

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BETRAYED [1 y 2]❝jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora