ᴏɴᴇ sʜᴏᴛ ღ [ᴇᴅsᴇʀ/ʜᴀɴᴋᴇʀ]

✰Siriusღ [ᴇᴅsᴇʀ]

Escribí este pequeño relato con todo el respeto del mundo, si a alguien no le parece adecuado hagamelo saber y lo borraré de inmediato, no quiero pasar a llevar a nadie, solo hacerle honor a Küba (el verdadero nombre de Sirius) el perrito que interpretaba a quien ha sido parte fundamental de la historia que tanto amamos y ahora es una estrellita más en el cielo. ❤️🥺

"De los animales he aprendido que cuando alguien tiene un mal día, basta con sentarse en silencio y acompañarle".

-Creo que voy a tener que comenzar a ponerme celoso. - bromeó Serkan cuando entró a su habitación y vio a su fiel amigo durmiendo junto a Eda. Estaban ambos en la gran cama matrimonial, Eda le estaba acariciando suavemente el lomo para la gran satisfacción de Sirius que disfrutaba las caricias de su madre.

-Deberías. - la respondió con una sonrisa estirando sus labios para que su esposo la besara. - El es mi bebé.

Serkan se llevó las manos al pecho con falsa indignación. - Bueno, creo que iré a dormir al sofá entonces. - volvió a bromear. - Ya que al parecer a ninguno de los dos le importa mi presencia aquí.

-¿Ah si?. - respondió ella. - No olvides apagar la luz cuando salgas, amor.

Su esposo soltó una carcajada antes de dirigirse al baño para una pequeña ducha antes de dormir, había tenido un día realmente agotador en el trabajo y lo único que quería era volver a casa con su esposa, su hijo y mejor amigo, y su bebé que venía en camino.

-¿Sabes?. - susurró Serkan abrazándola por la espalda cuando finalmente se acostó a su lado en la cama veinte minutos más tarde - Creo que desde que estas embarazada se ha vuelto más protector contigo.

-Yo también lo creo. - le dijo con una sonrisa orgullosa. Ella amaba a Sirius desde lo sé habían conocido cuando fingian estar comprometidos. - No me deja sola en ningún momento cuando tu no estas.

-Estoy seguro que será igual de protector con nuestra pequeña. - dijo con un enorme sonrisa llena de orgullo en su rostro acariciando suavemente la pancita abultada de su esposa para luego acercar una mano al lomo de Sirius y acariciarlo también.

Hasta antes de conocer a Eda, Sirius era su mejor amigo, su amigo más fiel, el que siempre lo acompañaba y protegía, desde que Serkan lo había rescatado se habian vuelto inseparables, era un perro grande, que muchas veces se podía ver aterrador, pero en el fondo era un bebé, su bebé, al que no le gustaban los extraños a excepción de Eda, estaba seguro que Sirius se había enamorado de Eda incluso ante que él, el primer día que la vio se había dejado llevar por sus caricias y encantos, algo que para indignación de Seyfi que aún después de años no conseguía que le dejara de gruñir y para la satisfacción de Serkan solo le hacia notar que ella era especial. Y el amaba verlos juntos, tenían una conexión única, el la protegía siempre.

-Yo también estoy segura. - le respondió girando su cabeza para dejar un suave beso en sus labios. - Y nuestra pequeña también lo amara.

-Si el la protege de la misma forma que lo hace contigo. - comentó Serkan riendo recordando como Sirius la ladraba a cualquier tipo que se acercaban a Eda cuando iba a pasear al parque. - No será necesario que yo espante a los novios de mi bebé a los 25 años.

-¿25 años?.- preguntó soltando una carcajada con incredulidad. - ¿Es en serio?.

-Por supuesto. - contestó con indignación ante la risa de burla de su esposa. - Sirius y yo tenemos que ser los únicos chicos en la vida de mi hermosa hija. - dijo en tono celoso.

Eda sonrió, aún no nacía y ya estaba siendo un papá celoso, Kiraz iba a tener un largo trabajo con su padre y Sirius, ambos eran igual de protectores y ella no podía negar que le encantaba. Ella lo amaba desde que se habían conocido, aunque Serkan le había dicho que no le gustaban los extraños, con ella había sido totalmente diferente y en poco tiempo se habían vuelto inseparables, el la buscaba cuando no estaba cerca e incluso para indignación de Serkan, cuando discutían por alguna tontería el se ponía de su parte y le ladraba a su padre en desacuerdo.