ᴏɴᴇ sʜᴏᴛ ღ [ᴇᴅsᴇʀ/ʜᴀɴᴋᴇʀ]

Getting lost [ʜᴀɴᴋᴇʀ]

Eran pasada las seis y media de la mañana y Hande estaba profundamente dormida en su cama, la noche anterior habían estado cuidando a Mavi, por la que ambos se habian acostado tarde esperando a que la pequeña bebé se durmiera para poder irse a descansar.

Kerem no pudo evitar observar a su novia dormir sobre él, le encantaba lo tranquila que se veía, tan relajada y cómoda en su brazos, con esos adorables ruiditos que hacia cada vez que estaba profundamente dormida.

La siguió observando un par de minutos más, acariciando con suavidad su rostro y antes de hacerle caso a todos sus instintos y acurrucarse nuevamente en sus brazos, dejo un suave beso en su frente y se paro con una idea en mente.

Por lo que una hora y media más tarde, ya estaba duchado, vestido, había llevado a Héctor donde su amigo Kemal  y había dejado a los perros de Hande a cargo de su cuñada, había preparado sus pequeños bolsos en el maletero, listo para su pequeño e improvisado viaje, las últimas semanas habían estado llenos de trabajos y cosas que hacer y se moría de ganas de pasar tiempo juntos desconectados del mundo.

Cuando volvió a entrar a la habitación la vio abrazada a su almohada y sonrió, ella siempre le decía que amaba su olor y que la ayudaba a dormir mejor, se recostó a su lado en la cama y volvió a acariciar  suavemente su rostro tratando de despertarla.

-Despierta bebé. - susurró besando suavemente sus labios. - Es hora de despertar.

-Mmmmh. - balbuceo Hande alejando la almohada y abrazandose a su cuerpo con los ojos cerrados. - ¿Por qué me estas despertando tan temprano?. - se quejo.

Kerem se río, ella era un bebé que amaba dormir. - Porque te tengo una sorpresa y necesito que te levantes.

Hande lo miró y sonrió. - ¿Qué sorpresa?. - le preguntó con su cabeza aún escondida.

-Si te lo digo, ya no es sorpresa. - le dijo besando su nariz. - Ahora levantate, lo demás está todo listo.

Hande se sentó en la cama aún con sueño y notó que Héctor ya no estaba durmiendo con ellos y lo miró alzando una ceja. - ¿Cuanto llevas despierto?.

-Una hora y media. - respondió con timidez. - Pero quería tener todo listo antes de despertarte.

-¿Con todo listo te refieres a nuestros bebés?. - preguntó.

Kerem asintió y Hande se paro de la cama, antes de entrar al baño para ducharse, se acercó a su novio y lo abrazó, besando suavemente su pecho antes de mirarlo directamente a esos ojos verdes que ella tanto amaba. - Te amo. - le dijo. - Soy tan afortunada de tenerte.

Kerem sonrió. - Yo también te amo, amanin. - respondió besando su frente con cariño. - Y el afortunado soy yo.

Hande sonrió y lo beso una vez más antes de correr al baño a levantarse emocionada, media hora más tarde  observo a su novio abrochando su  cinturón y colocando las manos sobre el volante para comenzar su viaje, se miraron y compartieron una sonrisa antes de acercarse para un beso fugaz.

Cuando llegaron a su destino, los primeros rayos de sol ya estaban chocando sobre el agua del lago que bordeada todo el lugar en el que se encontraban, Hande miraba por la ventanilla del auto de un lado a otro como una niña pequeña en una jugueteria, provocándole a Kerem una amplia sonrisa mientras la tomaba de la mano.

-¿Te gusta?. - preguntó.

-¿Qué si me gusta?. Esto es precioso, mi amor. - respondió emocionada ante la naturaleza que los rodeaba.

-Aún no has visto nada. - aseguró levantando su mano para besarle los nudillos.

La sonrisa de Hande se hizo más amplia, mientras se apoyaba sobre el hombro de su novio, observando las hermosas cabañas que poblaban la zona por la que estaban pasando en ese momento.