Matchbox [ʜᴀɴᴋᴇʀ]

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So...ahora que a Kerem tienen que ir a buscarlo a la casa porque no quiere ir al gym, ¿Por qué no darle una motivación extra? Jajaja.❤️🤭

Kerem no quería levantarse ese día, se sentía tremendamente cálido, cómodo y feliz con su novia entre sus brazos, eran pasadas las 8 de la mañana y sabía que debía ir al gimnasio, no había podido ir los días anteriores por trabajo y por estar fuera de la ciudad, le había prometido a su entrenador ir, pero no le importaba en lo absoluto romper su palabra por quedarse con ella.

Bajó la mirada y se dedico a mirarla con atención, Hande dormía plácidamente acurrucada entre sus brazos, su cabeza escondida en su cuello, una de sus piernas entre las suyas y su brazo rodeándole el torso como si temiera que él se fuera escapar. Como si eso fuera posible, pensó.

Y sonrió, a veces le sorprendía la forma en la que habían cambiado las cosas entre ellos en poco más de un año, desde que eran solo amigos, hasta ahora, que eran una pareja feliz, Kerem pasó suavemente su dedo por la mejilla de Hande, acariciandola con delicadeza sin querer despertarla y recordando cuando trataba de contener lo que sentía por ella y se le hacia difícil verla solo como una amiga, ella era mucho más, siempre seria mucho más.

-Te amo. - murmuró sin poder contener las palabras, besó su frente con la intención de cerrar los ojos y volver a dormir.

-Yo también te amo, mi amor. - le respondió ella con su voz ronca por el sueño.

Kerem la miró y se perdió en sus ojos marrones que tanto le gustaban, esos ojos brillantes que lo miraban con tanto amor. - No quise despertarte. - se disculpó.

-No lo hiciste, amanim. - lo tranquilizó acariciandole la mandíbula con sus dedos. - Pensé que irías al gimnasio hoy.

-Deberia estar allá. - confesó con una sonrisa traviesa. - Pero me parece mucho mejor plan quedarme contigo, acurrucados en la cama.

-Mmmm. - ronroneo Hande mordiendo suavemente su cuello. - Baris me va matar si sigues faltando. - bromeo.

Kerem soltó una carcajada. - No lo creo, te adora. - dijo sonriendo.

-Yo si lo creo. - rebatio mirándolo con un puchero exagerado que Kerem no pudo evitar morder. - Señor me levanto a las 5 de la mañana para ir a entrenar.

-Eso era porque no tenía a mi hermosa amanim para quedarme en la cama todo el día. - dijo como un niño pequeño, girandose para dejarla bajo su cuerpo. - Creo que se me ocurren varias ideas para hacer ejercicio juntos,. - susurro en su oído, mordiendo suavemente el lóbulo de oreja haciéndola jadear.

-¿Ah si?. - preguntó con picardia, sus manos recorriendo la amplia espalda de su novio bajo su camiseta.

-Por supuesto. - respondió dejando un camino de besos por todas partes, mordiendo suavemente su cuello.

-Mmmm. - balbuceo Hande antes de girarlos en la cama con un agil movimiento que sorprendió a Kerem, mordió sensualmente su cuello, rozando su boca con la de él, dejándose llevar por un un intenso beso antes de pararse con una sonrisa maliciosa en su rostro. - Tengo que ir al gimnasio, mi amor.

-Handemiyy... - murmuró mirándola correr al baño. - No seas cruel.. - le pidió con la respiración agitada.

-Baris me espera. - grito desde el baño riendo. - Si no voy, seré la próxima a la que vendrán a buscar a casa. - dijo con burla, regulando el agua de la ducha antes de entrar.

Cuando ya estaba dentro, relajando sus tensos músculos bajo el agua caliente con los ojos cerrados, sintió unas manos recorrer lenta y sensualmente sus caderas. - Supongo que yo también iré hoy, entonces. - susurro en su oido.

ᴏɴᴇ sʜᴏᴛ ღ [ᴇᴅsᴇʀ/ʜᴀɴᴋᴇʀ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora