ᴏɴᴇ sʜᴏᴛ ღ [ᴇᴅsᴇʀ/ʜᴀɴᴋᴇʀ]

Sıradaki biz olabilir miyiz? ღ [ʜᴀɴᴋᴇʀ]

Sıradaki biz olabilir miyiz?: Podemos ser los siguientes?

Sábado por la tarde, un hermoso día de verano en Estambul, un cielo despejado y un sol que iluminaba el día de todos, su amigo Alper se casaba ese día y no podía estar mas feliz él, Kerem estaba en su casa terminando de vestirse para ir a buscar a su novia e ir a la boda, ambos estaban invitados y nada le hacia mas feliz que ir con ella, habían intercambiado mensajes hace un par de minutos y estaba ansioso de verla, estaba seguro que lo dejaría sin aliento, como lo hacía cada vez que la veía. Tomó sus llaves, su billetera y su teléfono antes de salir rumbo a la casa de Hande, Héctor estaba en casa de su amigo Kemal por lo que sabia que estaba en muy buenas manos.

Se bajó de su auto, acomodando su corbata con una mano mientras caminaba en dirección a la puerta con un pequeño ramo de flores en la otra y tocó el timbre esperando ver a su chica, Hande apareció minutos mas tarde, abriendo la puerta con una gran sonrisa en su rostro y luciendo tan hermosa como siempre. - Te ves hermosa. - Fue lo primero que dijo cuando la vio.

Hande se sonrojó ante el cumplido y lo miró con una ceja levantada. - Sabes que las llaves sirven para abrir la puerta. - le dijo divertida al ser consciente que el no había usado las llaves de su casa que ella le había entregado.

-Lo sé. - afirmó acercándose a ella para besar suavemente sus labios. - Pero quería la experiencia completa. - le dijo sonriendo. - Ya sabes, tocar la puerta, quedarme sin aliento cuando la chica abre la puerta luciendo como un ángel y entregarle unas hermosas flores que se ven opacadas por tu increíble belleza.

El sonrojo en las mejillas de su novia fue aun mas notorio y la hizo ver aun mas adorable ante sus ojos, ella siempre era tímida con los cumplidos y parecía un bebé. - Tú no te quedas atrás, amanim. - respondió rozando sus labios con los suyos. - Estoy segura que podrías opacar al novio con lo increíblemente guapo que te ves.

-Tengo que estar a la altura de mi hermosa novia. - le dijo mordiendo su labio inferior con suavidad. - ¿Estás lista?. - le preguntó alejándose un poco para tomar su mano y hacer que girará para ver su vestido.

-Lo estoy. - respondió riendo después de girar sobre sus pies, volviendo a tomar la mano de su novio para entrar a la casa. - Dame un par de minutos para poner las flores en agua y buscar mi bolso y abrigo y podemos irnos.

-Tomate tu tiempo, aun nos quedan unos minutos. - le dijo sentándose en el sofá acariciando a una Niebla que dormía plácidamente en el sofá.

Cinco minutos mas tarde apareció a su lado con su abrigo puesto y el pequeño bolso en sus manos. - Estoy lista, mi amor.

-Vámonos entonces. - dijo parándose ofreciéndole su mano y salir en dirección a la fiesta.

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-Son muy adorables. - comentó Hande a su novio que la abrazaba por la espalda mientras miraban a los recién casados bailar en el centro de salón perdidos en su propia burbuja personal de amor.

-Lo son. - respondió Kerem feliz por su amigo dejando un pequeño beso en su cuello. - Nosotros podríamos ser los siguientes. - le susurró cerrando los ojos e inhalando su aroma que lo volvía tan loco siempre.

-Podríamos serlo. - le dijo girando su cabeza levemente para mirarlo con una sonrisa. - Quiero pasar el resto de mi vida contigo, Kerem.

-Los sentimientos son mutuos, bebé,- le dijo mirándola con sus ojos brillantes debido a la emoción y el peso de sus palabras. - Nada me haría mas feliz que pasar mi vida contigo. - Él la amaba tanto y sabía que ella también lo amaba, se lo decía constantemente y se lo demostraba día a día, pero escucharla hablar con tanta seguridad de un futuro juntos, hacia su corazón latir desenfrenadamente, porque el quería todo con ella.