Eda Hamile, Baba Serkanღ [6] extra.

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-Eda. - dijo Serkan de repente asustándola. - ¿Qué estás haciendo?

-¿Bajando la escalera?. - respondió lo obvio.

-¿Por qué?. - preguntó con el ceño fruncido.

-Generalmente eso es lo que hace la gente cuando quiere salir de la oficina de arriba y volver aquí. - respondió con sarcasmo.

-Muy graciosa. - dijo son seriedad. - Eda, estas embarazada.

-Embarazada, no enferma. - le dijo comenzando a entender donde quería llegar su sobreprotector marido.

-Las escaleras son peligrosas, Eda. - le dijo tercamente. - ¿Por qué no trabajas en la sala de conferencias?, es grande y tiene una terraza llena de flores si quieres aire.

-Quería estar tranquila, en silencio, por eso subí a tu oficina. - explicó. - Serkan, no estoy enferma, puedo subir escaleras.

-Pero es peligroso, te puedes resbalar, marear, pisar mal. - le dijo tomándola de la cintura. - ¿Qué pasa si no estoy ahí para ayudarte a bajar?, ¿Qué hago yo si les pasa algo?.

-Nada va pasar, mi amor. - respondió ella pasando los brazos por sus hombros para rodear su cuello y acercar sus labios a los suyos. -Puedo bajar escaleras.

-Por favor. - susurro mordiendo suavemente su labio inferior. - Trabaja abajo.

-Serkan..

-Si es necesario obligo a todos a no hablar si necesitas silencio, pero por favor, amor... - pidió escondiendo la cara en su cuello. - Por favor.

-Esta bien. - suspiro Eda. Sabía que su marido estaba siendo el sobreprotector exagerado de siempre, pero podía transar en eso, el cumplía cada antojo y capricho que ella quería y algo tan simple como trabajar abajo, por supuesto que podía hacerlo para su tranquilidad.

-Gracias. - murmuró soltando un suspiro.

-Gracias por cuidarnos tanto. - respondió mirando a su esposo con los ojos brillantes. -Aunque estas exagerando. - lo pico riendo.

-No me importa, ustedes son mi vida. - respondió con sinceridad. - Siempre los voy a cuidar.

Eda lo miro con ternura, que fuera tan sobreprotector la hacia enojar en ocasiones, pero entendía de donde venia eso, siempre había sido un hipocondriaco y obsesionado de la salud y aunque fuera de una manera loca, entendía que cada exageración era solo porque se preocupaba por ella y su bebé.

-Ahora vamos, amor. - le dijo tomando su mano y tirando de el  hacia la salida. -Venia a buscarte para ir a nuestro control con la ginecóloga. 

~ღ~

-Me estas poniendo nerviosa. - dijo Eda colocando una mano en la pierna de su esposo para que dejara de moverla sin parar. Estaban en la sala de espera de la consulta de su ginecóloga, ella estaba entrando en su 5to mes de embarazo y habían decidido revelar el sexo del bebé ese día.

-Lo siento. - se disculpó con una pequeña sonrisa colocando una mano sobre la de ella. - No puedo evitarlo.

-¿Aún crees que es niña.?. - preguntó con curiosidad.

-Será una mini hada. - afirmó sonriendo con seguridad. - Es una corazonada.

-¿Y si es un mini robot?. - no pudo evitar preguntar.

-Lo voy amar de la misma forma que si fuera una mini hada, mi amor. - dijo acariciando suavemente su mejilla. - Lo importante es que este bien.

-¿Sabes?, yo igual creo que será una niña. - confesó con una pequeña sonrisa. - Tuve un sueño.

ᴏɴᴇ sʜᴏᴛ ღ [ᴇᴅsᴇʀ/ʜᴀɴᴋᴇʀ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora