Capítulo 41: Otra Vida El Mismo Destino. (Parte III)

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HARRY



— ¿Mia? — contestó el teléfono, pensé que no contestaría.

— Si, ¿Con quién hablo?

— Harry, soy Harry, el amigo de Nate.

— ¡Harry! — su tono de voz fue de felicidad — ¿Cómo conseguiste mi número? — entusiasmo.

— Se lo pedí a Nathaniel, espero que no te moleste.

— No, no claro que no — suena realmente feliz — ¿Para qué llamas?

— Quería preguntarte si quieres salir conmigo hoy.

— ¿Yo enserio? Si, claro que si — respondió enseguida y muy feliz.

— Genial, es que se me da realmente fatal escoger regalos, sobre todo cuando se trata de bebés, y como tú también serás madrina quería pedirte ayuda en eso — se quedó en silencio unos segundos.

— Ah, salir para eso, si claro, yo te ayudo — respondió esta vez ya sin entusiasmo y  triste.

— Genial, te envío hora y dirección por mensaje.

— Bueno — solo respondió eso.

— Nos vemos Mia — solo colgó, me quedé mirando el teléfono por lo que acaba de suceder, no soy un tonto, se que se decepcionó en cuanto nombre que la invitación a salir era para comprar regalos de bebé y no una invitación a salir real, este terreno es demasiado peligroso, llegó a sonar desesperada porque al fin alguien la está invitando a salir.

Estuve toda la maldita tarde pensando en si ir, o no ir, en su notorio entusiasmo de salir y en su notoria decepción al saber que no era una cita. Maldita sea Nate tiene razón. Estoy demasiado nervioso, porque siento que estoy haciendo algo malo, pero al mismo tiempo quiero hacerlo.

— Señor ya llegamos — levanté mi vista a la esquina que cité a Mia. Está ahí sola de pie esperándome. Me restregué el rostro demasiadas veces. No quiero hacerle daño, no quiero jugar con ella, no quiero que se haga ilusiones ¿Y si no le puedo ofrecer nada? ¿Si esto es solo un capricho y al cumplírmelo la dejare tirada? Como siempre lo hago con todas, soy así, no voy a cambiar. Tomé mi teléfono y le escribí un mensaje.

Lo siento, se me presentó una reunión de último minuto, no alcanzaré a llegar. Lo lamento ...

Presioné enviar y me fijé que enseguida comenzó a abrir su bolso sacando su teléfono, se quedó unos segundos mirando la pantalla, guardo el teléfono agachando su cabeza, comenzó a caminar hacia el punto contrario de donde estoy yo. Se supone que estoy haciendo lo correcto, pero me siento mal, me siento fatal, esto no es lo que quería hacer.

No me contesto el mensaje, estoy aquí, congelándome en la terraza bebiendo un whisky, fumándome un cigarrillo, mirando la maldita pantalla del teléfono. No sé si es el alcohol, no se si es la noche, si me siento solo, pero le volví a hablar.

Hola Mia, sé que no alcancé a llegar hoy, pero me gustaría compensarte esa mala educación, ¿Mañana podrías salir conmigo donde acordamos?

Se puso en línea en seguida, estuvo muchos segundos así, luego se salió del chat, maldita sea no me va a responder. Luego volvió a conectarse, salía escribiendo, luego En Línea, luego escribiendo, luego se volvió a salir del chat. Maldita sea estoy de los nervios y me tiene aquí pegado en la pantalla. Hasta que se volvió a conectar, salió escribiendo y por fin un mensaje.

El Jefe Para Siempre Será Mío (3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora