Capítulo 20: Un Juicio Al Estilo Mia, ¡Escandaloso!

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HARRY


— Nos vemos geniales mira — me enseñó su celular mientras íbamos en el auto, las fotos de nosotros saliendo del edificio camino al juicio ya están en internet.

— Es que te ves espectacular de traje — sonrió de forma inocente — Me excitas vestida así — se le borró su sonrisa y entornó sus ojos. Sonreí triunfal abrazándola.
Estamos realmente vestidos de la misma manera, las gafas, la camisa blanca con los primeros botones desabrochados, solo que a ella ese simple detalle hace que se vean sus pechos de una forma que me está quitando el aliento, pantalón de traje negro, a ella igual se le ve genial, porque es hasta la cintura, por lo que su silueta resalta dándome bofetadas cada vez que se agacha o camina, y por último la chaqueta del traje, somos como los hombres de negro, solo que ella lleva stilettos, y podríamos decir que esa sería la única diferencia. Me desconcentré en ese paraíso llamado pecho de Mia Thompson, si tan solo se le desabrochara ese botón que está tirante, quedarían a la vista, en cualquier momento comienzo a salivar como un animal, y eso que aún tienen que crecer, cuando se le llenen de leche, maldita sea perderé la cabeza, no creo que haya nada más bonito en este mundo que la mujer que amas cambie su cuerpo al tener el bebé de ambos. Llegaron sus manos a su pecho y se desabrochó el botón, la boca se me abrió sola y la miré a los ojos.

— Eso te estabas imaginando — asentí cerrando la boca intentando tomar aire.

— Es que me gustan mucho — respondí sin saber qué más decir o explicar, Mia se puso a reír y se abrochó el botón.

— Já, cuando tengan leche y te deje todo manchado, la cama manchada, todo lleno de leche por todos lados veremos si dirás lo mismo.

— ¿Cómo? — pregunté confundido.

— ¿Qué? ¿Acaso piensas que de aquí saldrá leche solo cuando el bebé succiona? — asentí concentrado — Ay Harry, siento que no te gustará para nada ser padre — botó aire muy segura y me entró el pánico.

— ¿Por qué lo dices tan segura?

— Porque si, además ya eres un ser que tiende a enojarse con facilidad, no me quiero ni imaginar como será tu humor esos cuarenta días sin poder hacer el amor — se me corto la respiración, lo había olvidado, había olvidado esa parte.

— Ya no quiero ser padre — me miro triste.

— Nadie dijo que sería fácil — me dejé caer hacia atrás en el asiento.

— Lo sé, pero en vez de darme ánimos, me tiras para abajo, aún soy un niño que necesita apoyo, ni siquiera se cocinar maldita sea no sabré ni siquiera tomar en brazos a mi bebe o cambiarle paños o hacerlo dormir — Mia estalló en risas abrazándome.

— Yo tampoco, todo se aprende y lo haremos juntos, sera entretenido, logras hacer todo entretenido y presiento que como padre serás igual — todo lo dije muy feliz y entusiasmada que me convenció.

— Lo de los cuarenta días sin sexo no le encuentro entretención — se apoyó en mi pecho riéndome.

— Estaremos tan cansados con el bebé, que créeme que los días volarán — asentí de mal humor — Por dios ni siquiera hemos llegado a esos cuarenta días y ya tan solo imaginarlo te pones así — me soltó, pero la abracé enseguida para que no se me escapara.

— Ya si era broma — la llené de besos y sonrió abrazándome igual.

— Señor — dijo Chase deteniendo el vehículo, miré hacia delante y está el caos, caos absoluto, lleno de fotógrafos esperando por nosotros — Están los guardaespaldas preparados.

El Jefe Para Siempre Será Mío (3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora