MIA
Desperté y al abrir los ojos lo primero que vi fueron los suyos, arrugué mi nariz y me tapé el rostro con las sábanas.
— ¿Por qué haces eso? — se puso a reír y me abrazó, al quitar la sábana algunos de mis cabellos se fueron hacia mi rostro y Harry con su mano me ordenó un poco el desastre.
— Buenos días señora Thompson — sonreí mirando el techo, aún no puedo creer esta locura, lo observé a él y me abalancé a besarlo.
— Buenos días — le llené el rostro de besos y de reojo vi la hora del despertador las diez. Maravilloso, pude dormir hasta más tarde, un momento es lunes — Harry yo tenía que trabajar — dije asustada separándome de su boca.
— Tranquila ya solucioné ese percance, el error en los papeles era tu apellido — entorno los ojos como si fuera obvio — En realidad, no lo solucioné yo — se llevó una mano a su nuca para rascársela nervioso -
— Jonathan llamó a tu teléfono a las 9, contesté — arrugué mi frente, ¿Cómo no sentí mi teléfono sonar? — Si, te llamaron, lo qué pasa es que te dejé muy agotada — intentó mantener la seriedad pero explotó en risas al segundo, lo empujé suave alejándolo — No, no, estaba en silencio con vibración, yo estaba despierto, por eso lo sentí, y bueno dijo que él había encontrado el problema, no fue necesario preguntarle cómo, porque me dijo "Lo siento señor Thompson, pensé que me contestaría la señorita Gregson, perdón su esposa, perdón la Señora Thompson" así que fue bastante notorio que ya había leído la noticia y bueno, solo sacó sus conclusiones con respecto al error en los papeles — levantó los hombros y una mano para dar por finalizada la explicación, puse mala cara y me hundí en la cama, seré la comidilla en el trabajo — Vamos, arriba el ánimo princesa — me acarició suave el estómago y dejó su mano ahí moviendo su pulgar de arriba abajo de forma lente relajándome.— Lo sé, pero es que siento que me juzgarán en el trabajo, a pesar de conocerme, me conocen súper poco, ni siquiera llevo un mes.
— El trabajo es lo de menos si piensas en la prensa nacional e internacional — Harry se rió, lo miré triste abriendo mi boca y dejó de reírse.
— Consuelas de pena.
— Lo siento, no quise decir eso — bufé desanimada, no hay nada que el chocolate no solucione y menos si tengo al amor de mi vida para que me consienta en todo momento. Me moví y me levanté de la cama.
— ¿Para dónde vas? — Harry se sentó en un segundo, en estado de alerta.
— Voy a ir a prepararle el desayuno a mi esposo — sonrió, pero luego su sonrisa se borró — ¿Qué?
— Es lunes, hoy están las empleadas, el desayuno está listo — respondió algo culpable.
— Entonces cambio mi frase, iré a buscarle el desayuno a mi esposo -
— está vez si sonrió alegre y relajado, seguramente pensó que me molestaría por ese detalle.Y así era, estaba todo servido, incluso la máquina de café esperando por nuestras tazas. Busqué entre los muebles alguna bandeja para desayuno o mesa de cama portátil para llevar todo a la habitación. Al acercarme a la máquina de café me di cuenta que estaba la opción de té Dilmah, creo que hoy beberé té, se me antojó demasiado al ver el logo en la máquina.
Subí a la habitación y Harry estaba sentado en la cama escribiendo en su teléfono, estaba con el ceño fruncido concentrado en la pantalla. Me acerqué a su lado y dejé la bandeja en su mesita.
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El Jefe Para Siempre Será Mío (3)
RomanceLas películas de amor siempre tienen finales felices. ¿Pero qué sucede en la realidad después del "Fueron felices para siempre"? Esta es la tercera parte de El Jefe De Mi Prometido, en donde Harry seguirá intentando hacer junto a Mia, una historia...