HARRY
Entré en el piso de Jacob, vi unos pies en el sofá, me acerqué, estaba durmiendo con una botella de whisky vacía a su lado.
— Jacob — lo moví, pero no reaccionó — Jacob — lo moví mucho más fuerte y se movió abriendo los ojos asustado, se llevó las manos a la cabeza quejándose del dolor de cabeza.
— ¿Qué haces aquí? — me acerqué a su cocina a buscar un vaso de agua, se lo llevé y saqué el frasco con paracetamol que ando trayendo en el bolsillo, le entregué dos píldoras y el vaso de agua. Se los bebió enseguida.
— ¿Qué sucedió? Por qué no estás en el hospital, ¿Por qué Elena no está en el hospital?
— Basta Harry, márchate y déjame en paz — se sentó llevándose las manos a la cabeza quedándose apoyado mirando el suelo.
— Solo quiero ayudarte Jacob — me senté a su lado, se tiró hacia atrás, quedando con su espalda por completo en el respaldo del sofá mirando al techo.
— Ayer por la tarde llegó el director de Facultad De Medicina de Elena a visitarme, me dijo que Elena había renunciado a su práctica, ni siquiera me di cuenta en qué momento se fue, en qué momento se llevó todas las cosas de su oficina, estaba tan enojado por ese idiota con las rosas, nunca había sido tan desagradable con alguien en mi vida — se quedó pensativo arrepintiéndose de algo — Ayer me comporté como lo peor que pueda existir en este mundo — lo dijo demasiado seguro, algo más sucedió entre los dos ayer antes de que nosotros apareciéramos por el hospital — No quería buscarla, no quería mirarla, que no me di cuenta cuando agarró sus cosas y se marchó. El director me explicó que Elena le envío un correo diciendo que no se consideró apta para el centro de práctica, y obviamente él llegó a preguntarme qué había sucedido, que este era el mejor centro de práctica, que Elena era su mejor alumna y que ella se había esforzado todo el año por ser la nota máxima para escoger precisamente este centro, consideraba demasiado extraña su decisión, no solo por eso, si no porque Elena es becada, si Elena abandona lo pierde todo.
— ¿Qué hiciste Jacob? No me digas que permitiste que Elena lo perdiera todo — negó con su cabeza — ¿Dijiste la verdad?
— No, no, estás loco, decir la verdad también la perjudicaría a ella — tomó aire fuerte — Le dije que Elena era la mejor alumna que había pasado a mi cargo, que al verle tanto potencial comencé a exigirle cosas que no debería haberle exigido, que había sido mi culpa exponerla a situaciones de estrés realmente complicados, le mostré todos los informes revisados que había entregado Elena, y le dije que yo presentaría una licencia psicológica por estrés a nombre de Elena para justificar su ausencia al mes y medio que le falta por terminar, pero que yo la aprobaba con nota máxima. Aceptó, conoce a Elena hace casi seis años en esa facultad, sabe que Elena es su mejor alumna, la quiso ayudar y nosotros hemos trabajado más de 10 años juntos, me creyó todo lo que le dije — lo abracé.
— Bien hecho Doc — sonrió.
— No hice nada bien, solo reparé lo que rompí, algo que jamás debí haber roto, algo que jamás debí haber tocado, ni siquiera debí haberla mirado, pero fue inevitable, ni siquiera sé cómo sucedió, se me fue de las manos y no me quise detener, porque ya no me podía detener, ya era imposible, no había vuelta atrás.
— Lamentablemente de los errores se aprenden, no de los errores de los demás, porque claramente no aprendiste de los míos, esto te pasa por no haber confiado en un principio en nosotros, si hubieses contado antes, desahogado antes, no sé a lo mejor uno hubiese tenido más tiempo para convencerte de que hicieras las cosas de diferente manera.
ESTÁS LEYENDO
El Jefe Para Siempre Será Mío (3)
RomanceLas películas de amor siempre tienen finales felices. ¿Pero qué sucede en la realidad después del "Fueron felices para siempre"? Esta es la tercera parte de El Jefe De Mi Prometido, en donde Harry seguirá intentando hacer junto a Mia, una historia...