Capítulo 38: Siempre Se Trató De Llegar Aquí.

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HARRY


— Maldita sea Mia me va a dejar plantado.

— Sabes que Harry, raramente te digo esto, pero tienes que calmarte — dijo Nate sacudiendo mis hombros.

— Mia no es como tú — dijo Jacob molesto, lo miramos y está enojado — Lo siento, ando de mal humor — dijo mirando el suelo.

— Necesitas unas vacaciones — le dijo Andrew.

— Mañana me iré — quedamos en shock mirándolo con esa seguridad.

— ¿Qué? ¿Por qué? ¿A dónde? — preguntó Nate soltándome.

— Porque lo necesito — no respondió nada más. Apareció Step intentando caminar rápido por el pasillo sujetando su panza enorme, ay no algo sucedió.

— No me mires así, tranquilízate — dijo enojada tomando su lugar al lado de José.

— A sus posiciones, viene la novia — dijo la organizadora de bodas caminando por el pasillo, siento que se me cortó la circulación sanguínea, me voy a desmayar y hasta aquí llegó la boda.

Todo comenzó a ordenarse, tomar su ritmo, el silencio inundó la catedral y yo siento mi corazón palpitar a mil, cuando se te tapan los oídos, y solo escuchas los latidos de tu corazón desaforado. A lo lejos vi la silueta del señor Gregson, y de pronto a su lado apareció una princesa a tomar su mano. Comenzó a sonar My Heart Will Go On de Celine Dion y me tuve que girar para controlarme, respire fuerte aguantando las lágrimas, sé que escogió esta canción por el final de esa película de amor que tanto le gusta, que siempre llora con el final, porque dice que esos tres años ella estuvo igual, imaginándose un final feliz para nosotros dos.

Tanto que costó para llegar a este momento, que siento que lo valió absolutamente todo. Cada lágrima, cada grito, cada discusión, cada paraíso oscuro, cada tormenta, cada fondo sin salida, todo. Lo volvería a vivir absolutamente todo una y otra vez para encontrarme aquí de pie, viéndola entrar caminando hacia a mí. Sonreí como un idiota y me sequé unas lágrimas que se escaparon de mis ojos, porque no solo viene caminando ella, viene caminando con mi hija dentro, es una sensación que me está llenando de formas inimaginables e indescriptibles, porque estoy de pie aquí, viendo como llega la felicidad a mí caminando de esa forma tan perfecta, con esa sonrisa tan hermosa. Caen lágrimas de sus ojos, pero son lágrimas de felicidad, puede que esté pensando lo mismo que yo, todo lo que tuvimos que pasar para llegar aquí, cuando cada uno separados por kilómetros lo veía imposible, aquí estamos, el hilo rojo se va acortando a cada paso que da. Es como si no existiera nadie más en el alrededor, solo los dos, todo dejó de existir, y no me había dado cuento de ese detalle hasta que Nate me entregó un pañuelo y noté que tengo mis ojos llenos de lágrimas cayendo por mis mejillas.
Mil veces le dije que se veía hermosa, y esas mil veces juntas no le alcanzan a llegar al inicio de ese vestido que lleva puesto, ella no parece una princesa, ella es una princesa, y es la princesa de toda mi jodida historia, ahora siento que cada paso que di en esta vida era para encontrarla, cada decisión, cada café, cada cigarrillo, cada vaso de whisky, cada beso que regale, cada canción que escuché, cada palabra que hablé, me llevaron a sus manos, este mundo es perfecto, porque todo lo que sucedió, siempre se trató de llegar aquí, siempre se trató de ella, siempre se trató de nosotros.

Llegó hasta a mí, el señor Gregson le dio un beso tierno en su mejilla, me entregó su mano y siento que todo es perfecto, como tiene que ser. Me acerqué a su oído de forma lenta, queriendo tomar bocanadas de su olor.

El Jefe Para Siempre Será Mío (3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora