Capítulo 6: Para Algunos Solo Palabras, Para Mí, Toda Mi Salud Mental.

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MIA


Llegamos a casa y papá salió a recibirnos enseguida, los padres de Harry fueron a dejar sus bolsos a su hotel, y nosotros nos quedaremos esta noche en casa de mis padres.

— Alto ahí — dijo papá enojado, Harry se tensó a mi lado y apretó mi mano fuerte, me puse a reír.

—No hagas eso — me quejé recordando las veces que me asustaba fingiendo enfado y castigo, mi padre se puso a reír y Harry se relajó enseguida y sonrió nervioso.

— Vengan pasen por favor, bienvenidos ¿Cómo te debo decir ahora? ¿Thompson?

— Ay si — hice puchero porque ya no soy una Gregson y lo abracé fuerte.

— Ahora es mi yerno — dijo abrazando a Harry.

— En realidad el domingo por la mañana también era su yerno, solo que no lo sabíamos.

— A si cierto, por favor pasen los estábamos esperando ¿Y tus padres?

— Pasaron al hotel a dejar sus bolsos y vienen para acá.

— Ah genial.

Al entrar mamá apareció de inmediato abrazándonos y deseándonos sus mejores deseos en esta vida, hasta que llegó el momento de sentarnos en el sofá y comenzar a explicar todo lo que sucedió y todo lo que está sucediendo entorno a nosotros.
Tuvimos que explicarles quién era Steve, y por qué su odio contra nosotros, esa noche en Las Vegas, los regalos sorpresas que llegaron, y como nos enteramos que estamos casados.

— Los fotógrafos no dan tregua con ustedes, acabo de meterme a Instagram a las páginas de cotilleos y hay fotos de ustedes bajando del avión aquí en Portland — dijo mamá entusiasmada causándole gracia.

— ¿Qué? — mi rostro se desfiguró por completo ¿Tan insistente son? ¿Acaso quieren saber cuántas besos le doy durante el día a mi esposo? ¿Qué comemos? ¿Cuántas veces me cambio de ropa? ¿Qué grandes marcas utilizo en mi vestuario? No utilizo ninguna la verdad, mi presupuesto no me alcanza.

— Tranquila, con los días se olvidarán de nosotros y otros serán la noticia bomba del momento — Harry sobó mi pierna relajándome y sonó el timbre, deben ser los señores Thompson.

— Yo voy — mi madre se puso de pie camino a la puerta.

— ¿Dormirán aquí o en un hotel? — preguntó mi padre llevándose su copa con vino a la boca.

— Aquí — respondí rápido.

— ¿Harán la habitación de invitados?

— Ay por favor ya estamos casados.

— Lo digo porque tu cama no es doble.

— Mejor, así dormimos más juntitos — Harry me abrazo de forma tierna.

— A ver chico, se que dije que quería ser abuelo, pero no para que hagas una luna de miel con mi hija bajo mi techo.

— Ya papá, por favor — los dos se pusieron a reír y yo estoy roja como un tomate, por suerte la entrada de los señores Thompson me salvaron de este vergonzoso momento.

Pasamos a sentarnos a la mesa a cenar y el viaje en avión se me hizo tan corto que siento que recién acabo de almorzar.
Logré no ponerme roja los primeros cinco minutos en la mesa, hasta que me ofrecieron vino y lo rechacé.

— No está embarazada — dijo Harry a mi lado, y levanté la vista de mi plato, todos me estaban observando detenidamente.

— A pensé que aún tenían sospechas.

El Jefe Para Siempre Será Mío (3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora