Capítulo 14: El Sonido Más Especial Que Había Escuchado En Mi Vida.

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HARRY


La puerta de mi oficina se abrió. Me asusté mirando hacia esa dirección.

— ¡Toma! — gritó enojada tirándome unos papeles al pecho — ¿Eso es lo que querías? ahí lo tienes — Mia está descontrolada, furiosa y yo no estoy entendiendo nada.

— ¿Qué pasa? — pregunté moviendo las manos desesperado, me agaché a recoger una de las hojas y la respiración se me cortó.

Papeles de divorcio. Están nuestras dos firmas, oficialmente estamos divorciados.

— ¿De dónde sacaste esto? — pregunté lleno de miedo, Mia está enojada mirándome sin decir nada — ¡¿De dónde sacaste esto?! — rompí los papeles y tomé otros del suelo para seguir rompiéndolos, Mia salió corriendo y salí tras ella, en eso se detuvo y miré hacia el frente, están nuestros padres bajando del ascensor, Mia siguió corriendo, cuando los demás nos vieron sonrieron, pero luego al darse cuenta las sonrisas se borraron de golpe.

— Papá detenla, que no suba al ascensor — mi padre se cruzó en la puerta evitando que Mia subiera.

— ¿Por qué? ¿Qué está pasando aquí? — pregunto mi padre sin entender nada.

— ¿Mia qué pasa? — el señor Gregson se acercó a abrazarla.

— Pregúntenle a Harry — respondió echándose a llorar y todos me miraron a mí.

— ¡Pero si yo no he hecho nada! — respondí exaltado perdiendo la paciencia.

— ¡Si lo hiciste! ¡Soy una tonta!, ¡Si hubiese sabido que estarías esperándome con el divorcio jamás te hubiese dicho que estaba embarazada!

— ¿Qué? — hasta Ana preguntó sorprendida cómo todos los demás, todos están en shock mirándonos.

— ¿Hija estás embarazada? — preguntó su madre tapándose la boca con los ojos llorosos, Mia asintió decepcionada — ¡Oh por Dios voy a ser abuela! — gritó acercándose a abrazar a Mia.

— Pero bebiste Martini, yo te vi — dijo su padre mirándonos como si nada encajara aquí.

— Era agua — respondí yo mirando a todos — Mia por favor, tenemos que hablar.

— No, ahora no — dijo el señor Gregson — Mia se tiene que calmar — asentí enojado, pero tiene razón.

— Está bien, ¿Qué haremos entonces? — Mia me miró con sus ojos tristes, pero no dijo nada — Ve con tu madre, yo me iré a casa — esquivé a todos y presioné el botón del ascensor para bajar.

— No, Harry — se acercó y tiró de mi mano — Independiente de lo que suceda, siempre serás el padre, no me dejes sola en esto por favor.

— Sabes que jamás he querido dejarte sola en nada, pero irrumpes en mi oficina lanzándome papeles, gritando, llorando, culpándome de todo, y ni siquiera entiendo de dónde salieron esos papeles.

— Pero tenían tu firma — tomé su rostro entre mis manos y sequé las lágrimas que rodaban por sus mejillas con mis pulgares.

— Sé que tenían mi firma, pero me tienes que creer, no sé de dónde salieron — Mia asintió poniéndose a llorar de nuevo.

El Jefe Para Siempre Será Mío (3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora