Capítulo 7: Siempre Tendremos Paris, Mon Amour.

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HARRY

— Lo voy a golpear de nuevo — achinó sus ojos mirándome enojada — ¿Qué? Se lo merece, cada vez que lo vea lo golpearé.

— No te contaré nada más — se cruzó de brazos molesta mirando hacia la ventanilla, me puse a reír abrazándola e intentando que se deje abrazar.

— Era broma, pero ganas no me faltan.

— Harry — dijo mi nombre reprochándome.

— Y no puedo prometer que no lo golpearé — estalló en risas.

— Eres el peor — se quejó con risas dejándose abrazar.

— Es que tienes que entenderme, para mi eres lo más importante en el mundo, y no sé, me dan ganas de golpearlo por hacerte daño — se puso a reír más fuerte.

— No me convenciste para nada con eso, no permitiré que lo golpees — intentó que la risa calmara para volver a hablar — Si te cuento es porque confío demasiado en ti, y quiero que sepas todo de mí, pero no para que andes golpeando a Taylor — entorné los ojos y repetí su última frase "Taylor" imitándola como un niño malcriado, volvió a reírse y la apreté más contra mí para que no intente huir de mis brazos.

— ¿Cuántas horas faltan? — estallé en risas por su pregunta — ¿De qué te ríes? ¿Qué esas preguntas las hacen los niños pequeños? — negué con la cabeza riéndome aún más viéndola compararse con un niño pequeño.

— Pensé que dirías cuántas horas hemos estado sin consumar nuestro amor — está vez ella comenzó a reírse.

— ¿Y desde cuándo ese vocabulario tan correcto?

— Aaaaah te pillé, se que te gusta más mi vocabulario vulgar — me burlé enterrándole dedos en el estómago.

— Ay si, ya — intentó alejar mis dedos de su cuerpo retorciéndose, se sentó sobre mí buscando la palanca del asiento y nos inclinó levemente hacia atrás.

— Que atrevida, me encanta — levanté mis cejas y se puso roja.

— Quiero oír tu vocabulario vulgar — comenzó a acariciar mi cabello.

— Primero admite que eres una sucia — negó con su cabeza arrugando su nariz — Bueno por lo menos lo intenté ¿Estás segura que quieres oír lo que tengo para decirte? — asintió segura acomodándose sobre mí para escucharme atentamente y yo sonreí triunfal al terminar de decirle lo que estaba pasando por mi mente, incluyendo mi gesto vulgar.

— Está vez sobrepasaste absolutamente todos los límites Thompson — abrió la boca sorprendida.

— Tú querías oírlo.
— Si, pero jamás me esperé eso — se puso a reír.

— Lo admito, me excedí, pero no hay nada de mentira en lo que estoy diciendo.

— Ya puede que tengas razón — puso gesto de incomodidad y dolor intentando cerrar sus piernas y estallé en risas por su gesto — Crees que Clifford estará bien sin nosotros — se llevó una mano a su pecho preocupada.

— Si, tranquila, se da con Chase, él lo llevará al hotel de perros — lo dije abriendo los ojos, hotel de perros, en mi vida se me pasó por la mente que tendría que pagarle hotel a un perro, eso debí haberlo pensado cuando lo adopté.

— Pero lo extraño, para mí es como salir sin mi bebe — hizo un puchero de lo más tierno y la abracé apretándola contra mi dejándola inmóvil con sus brazos hacia adelante presionando sus pechos.

— Así con la brecha, bendito escote — se puso a reír y miró hacia abajo para mirarse.

— Muy lindo, ahora me encanta y lo amo demasiado — sonreí pletórico.

El Jefe Para Siempre Será Mío (3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora