Capítulo 27: Mamma Mia Y Los Cuatro Borrachos.

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MIA


— Harry — aceleré mis pasos hasta él cuando dejó caer su vaso de whisky, está mirándome extraño con los ojos rojos — ¿Harry qué está sucediendo? — apenas llegué a él, llevó sus manos a mi rostro desesperado.

— Maldita sea eres real — dijo enojado chocando su frente contra la mía.

— Harry qué estás hablando — miré el suelo, está descalzo y yo igual, nos podemos cortar con vidrios, intenté guiarlo lejos de los vidrios haciéndonos entrar en la habitación.

— Solo fue una pesadilla — respondió más calmado restregándose el rostro con fuerza mientras se sentaba en la orilla de la cama — Maldita sea, solo fue una pesadilla — volvió a repetir enojado golpeándose en la pierna con un puño, me jaló de la cintura hacia él con fuerza, llevó sus manos a mi trasero apretándome con posesión.

— ¿Me dirás qué está pasando?

— Si, pero primero quiero sentir que eres real — se lanzó hacia atrás conmigo sobre él, nos hizo girar dejándome debajo — Necesito sentirte princesa — asentí al mismo tiempo que cerré los ojos, sus besos por mi cuerpo son lo mejor de este mundo — Abre los ojos — me costó abrirlos, pero lo logré — Por favor no dejes de mirarme — me costará una infinidad, pero igual asentí, bajó por mis pechos con besos y Harry no me deja de mirar mientras sigue bajando con su boca, mi excitación se disparó como nunca cuando llegó a mi vientre, dejó un beso y me mordió. Sus ojos y su mirada son mi perdición y mi respiración se volvió un caos observándolo.


Me restregué los ojos para poder abrirlos, y me encontré con ese azul que me encanta.

— Hola — saludé acurrucándome más en sus brazos.

— Hola — respondió sin dejar de mirarme.

— ¿Me dirás que sucedió hace un momento? — botó aire frustrado, se llevó una mano a su sien y asintió de malas ganas.

— Digamos que la pesadilla, no fue tan inventada — lo miré confundida sonriendo — Eran recuerdos distorsionados de nosotros dos, tu llorando y yo diciéndote que no éramos nada — tragué saliva nerviosa, por suerte Harry siguió hablando porque yo no sabia qué decirle — Eran recuerdos que me atormentaban cuando decidí hundirme en este yate, en los errores que cometí, y desperté pensando que nunca salí de aquí, fue horrible — se restregó el rostro desesperado — En ese tiempo hubo un día que te imaginé, apareciste como un ilusión aquí en el yate, no sé cuánta droga y cuánto alcohol habré consumido para que eso sucediera, pero pasó, por eso te pregunté si eras real — lo abracé fuerte y Harry respondió apretándome aún más fuerte.

— Solo fue una pesadilla — acaricié su rostro y le di un beso, pero negó con la cabeza.

— Yo siendo tú, no sé si hubiese sido capaz de perdonar — respondió demasiado seguro.

— No me mires de esa manera — le dije llena de miedo, está mirándome de esa forma que me miro esa noche en la cual me dejó hace poco más de tres años atrás.

— ¿De qué manera?

— No finjas, sé lo que está pasando por tu cabeza — abrió sus ojos de forma sorprendida quitándole toda seriedad al momento — Estás pensando que pesan más los errores, que eres un egoísta, que merezco algo mejor y ese tipo de idioteces.

— Claro que si, siempre he pensado así, pero eso no significa que vaya a dejarte, menos ahora que vamos a ser padres — sonreí pensando en eso.

— Te tengo cazado con un bebé — Harry se puso a reír.

— Yo creo que fue al revés — levantó una ceja — Tú eras la que no quería nada de nada ahora, por mi culpa lo admito, pero por suerte lo logré la primera semana — lo dijo tan satisfecho consigo mismo que estallé en risas apoyándome en su pecho.

El Jefe Para Siempre Será Mío (3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora