MIA
— Harry — aceleré mis pasos hasta él cuando dejó caer su vaso de whisky, está mirándome extraño con los ojos rojos — ¿Harry qué está sucediendo? — apenas llegué a él, llevó sus manos a mi rostro desesperado.
— Maldita sea eres real — dijo enojado chocando su frente contra la mía.
— Harry qué estás hablando — miré el suelo, está descalzo y yo igual, nos podemos cortar con vidrios, intenté guiarlo lejos de los vidrios haciéndonos entrar en la habitación.
— Solo fue una pesadilla — respondió más calmado restregándose el rostro con fuerza mientras se sentaba en la orilla de la cama — Maldita sea, solo fue una pesadilla — volvió a repetir enojado golpeándose en la pierna con un puño, me jaló de la cintura hacia él con fuerza, llevó sus manos a mi trasero apretándome con posesión.
— ¿Me dirás qué está pasando?
— Si, pero primero quiero sentir que eres real — se lanzó hacia atrás conmigo sobre él, nos hizo girar dejándome debajo — Necesito sentirte princesa — asentí al mismo tiempo que cerré los ojos, sus besos por mi cuerpo son lo mejor de este mundo — Abre los ojos — me costó abrirlos, pero lo logré — Por favor no dejes de mirarme — me costará una infinidad, pero igual asentí, bajó por mis pechos con besos y Harry no me deja de mirar mientras sigue bajando con su boca, mi excitación se disparó como nunca cuando llegó a mi vientre, dejó un beso y me mordió. Sus ojos y su mirada son mi perdición y mi respiración se volvió un caos observándolo.
Me restregué los ojos para poder abrirlos, y me encontré con ese azul que me encanta.
— Hola — saludé acurrucándome más en sus brazos.
— Hola — respondió sin dejar de mirarme.
— ¿Me dirás que sucedió hace un momento? — botó aire frustrado, se llevó una mano a su sien y asintió de malas ganas.
— Digamos que la pesadilla, no fue tan inventada — lo miré confundida sonriendo — Eran recuerdos distorsionados de nosotros dos, tu llorando y yo diciéndote que no éramos nada — tragué saliva nerviosa, por suerte Harry siguió hablando porque yo no sabia qué decirle — Eran recuerdos que me atormentaban cuando decidí hundirme en este yate, en los errores que cometí, y desperté pensando que nunca salí de aquí, fue horrible — se restregó el rostro desesperado — En ese tiempo hubo un día que te imaginé, apareciste como un ilusión aquí en el yate, no sé cuánta droga y cuánto alcohol habré consumido para que eso sucediera, pero pasó, por eso te pregunté si eras real — lo abracé fuerte y Harry respondió apretándome aún más fuerte.
— Solo fue una pesadilla — acaricié su rostro y le di un beso, pero negó con la cabeza.
— Yo siendo tú, no sé si hubiese sido capaz de perdonar — respondió demasiado seguro.
— No me mires de esa manera — le dije llena de miedo, está mirándome de esa forma que me miro esa noche en la cual me dejó hace poco más de tres años atrás.
— ¿De qué manera?
— No finjas, sé lo que está pasando por tu cabeza — abrió sus ojos de forma sorprendida quitándole toda seriedad al momento — Estás pensando que pesan más los errores, que eres un egoísta, que merezco algo mejor y ese tipo de idioteces.
— Claro que si, siempre he pensado así, pero eso no significa que vaya a dejarte, menos ahora que vamos a ser padres — sonreí pensando en eso.
— Te tengo cazado con un bebé — Harry se puso a reír.
— Yo creo que fue al revés — levantó una ceja — Tú eras la que no quería nada de nada ahora, por mi culpa lo admito, pero por suerte lo logré la primera semana — lo dijo tan satisfecho consigo mismo que estallé en risas apoyándome en su pecho.
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El Jefe Para Siempre Será Mío (3)
Roman d'amourLas películas de amor siempre tienen finales felices. ¿Pero qué sucede en la realidad después del "Fueron felices para siempre"? Esta es la tercera parte de El Jefe De Mi Prometido, en donde Harry seguirá intentando hacer junto a Mia, una historia...